Ocurrió gracias a una voluntaria médica, una maqueta con recorrido y un gestor perdido en el Amazonas. "Me gustó como surgió todo, demuestra que sigue funcionando el boca-oreja", dice José Luis Fraga sobre el gesto que le acabaría abriendo las puertas hacia su primera gira cubana. El coruñés, saxofón y clarinetista del Proyecto Entremares, le regalaba hace dos años su maqueta a una amiga que partía como voluntaria hacia Ecuador. Meses más tarde, el disco regresaba a Fraga con un "regalo" que nunca se habría imaginado: una invitación para tocar en la caribeña ciudad de Holguín. "Resulta que en el Amazonas conoció a un gestor que se encaprichó con el disco. Lo envió a Cuba, y nos mandaron una carta directa del Festival Mundial de Juventudes Artísticas de Holguín", cuenta el músico, que se prepara hoy junto a la otra mitad de Entremares, Daniel Santos, para su primer concierto en la Fábrica de Arte Cubano.

El tour, en el que estarán hasta el 10 de mayo, les llevará por varios de los recintos de renombre de la isla. El Pabellón Cuba de La Habana, la Casa Iberoamericana y el Museo Provincial de la conocida como Ciudad de los Parques serán algunas de las paradas de esta gira, a la que el grupo de música vanguardista y tradicional se enfrenta con una mezcla de "inquietud" y emoción. "Este viaje es un sueño, y un regalo. Va a hacer un año que salió el disco, y hemos estado trabajando un montón", comenta Fraga, en referencia a Entremares.

Con el álbum, caracterizado por las influencias atlánticas, ya han estado este año en varias localizaciones de España y Portugal. Los intérpretes combinan en él su formación clásica con los ritmos de las músicas de raíz, vistiendo con un traje renovado choros, mornas, fados y fandangos. El eje de sus composiciones son varias de las regiones que conectan con el océano Atlántico. Portugal, Brasil, Galicia y parte de África están presentes en las piezas de su trabajo, en el que cabe desde el flamenco de la guitarra de Santos hasta la electrónica con la que el coruñés salpica sus partituras. "Nos basamos en las influencias de la música de raíz que tenemos, por mi parte las gallegas y por la de Daniel las portuguesas, y añadimos la electroacústica para darle curiosidad", explica Fraga, que señala la nostalgia por lo propio como determinante en el origen del proyecto. "Nos fuimos a Madrid buscando nuevos horizontes, y acabamos volviendo a los nuestros. La gente siempre está mirando al jazz y la música tradicional de allá, pero nosotros quisimos coger la de aquí", añade.

Para conseguirlo, el camino fue largo. El coruñés reconoce que tuvieron que "llamar a casi todas las puertas" y aprovechar las pocas que se abrieron- como el Premio de Creación Joven del Injuve, con el que financian la gira cubana- para llegar al lugar en el que querían estar. Las manos tendidas han sido "pocas" para el "gusto" de Fraga, que afirma que la juventud no siempre es una ventaja en el mundo de la música. "Hay cierta desconfianza", lamenta el intérprete, feliz, sin embargo, por la "buena" acogida que ha tenido el proyecto.

Entremares nació en el 2016, de la amistad entre el coruñés y Daniel Santos. Los estudios clásicos y jazzísticos del primero, y la formación flamenca del segundo acabaron tallando este original proyecto, que ya prepara fechas para su regreso del Caribe. Tras Cuba vendrá su primera gira gallega, con paradas en Arteixo y Ourense en mayo y en septiembre en A Coruña.