Era 17 de mayo de 2013, pero Eduardo Herrero lo recuerda como si fuese ayer. "Estaba muy tranquilo, disfrutando del momento y pensando: 'Tengo una bandaza", dice el vocalista de En Casa del Herrero, evocando el concierto con el que se estrenaba su grupo. Sus primeros acordes, puro rock americano, sonaban entonces en la sala Mardi Gras, que acogía su presentación con los brazos abiertos. Ayer, casi 5 años después de aquella primera actuación, la banda regresaba al local para probar con un nuevo directo que aquella no fue una apuesta equivocada, y que la formación está lista para seguir otro lustro más. "Entendemos que ahora estamos cerrando esa primera etapa, y queríamos hacer un balance. Cinco años no son muchos, pero hay proyectos que han durado menos", explica entre risas el cantante.

Para conmemorarlos, la banda repasaba ayer los grandes éxitos de su repertorio, y se dejaba llevar por la nostalgia con aquellos otros que se habían quedado por el camino. Las versiones, un tributo a sus referentes, tampoco faltaron en la actuación, con la que el grupo quiso rendir homenaje a figuras como David Bowie, Tom Petty y Bob Dylan. "En este tiempo, muchos han sido noticia. Algunos han muerto, a otros les han dado un Nobel... Hace cinco años nos habría sonado a chino", dice Herrero, que asegura que los artistas son "el espejo" en el que se mira cuando compone. "Te pones a hacer letras y es inevitable pensar: '¿Cómo lo harían ellos?", añade.

Sus canciones, en especial las de Dylan, prendieron las inquietudes musicales del cantante. El vocalista de En Casa del Herrero tocaba en una banda tributo al estadounidense cuando se propuso lanzarse a las composiciones propias, para poder dar rienda suelta a su estilo personal. "Me sentía limitado. Pisas escenarios, acumulas experiencia, y llega un momento en el que la guitarra te pide escribir", cuenta el músico, que formó de cero un grupo afincado en A Coruña.

Como todos, sus comienzos no fueron fáciles. La falta de rodaje conjunto de la banda, y la escasez de hueco en el panorama gallego para el rock americano que practicaban fueron algunos de los obstáculos que la formación tuvo que afrontar. Pero la música servía de contrapeso. "No había la confianza de hoy, lógicamente. Pero la sensación de estar tocando mis temas con ellos lo compensaba todo", afirma Herrero, dispuesto siempre a construir "la mejor banda posible".

Su camino se lo tomó el músico como "una carrera de fondo". Con constancia, y con el objetivo de "que cada grabación fuera mejor que la anterior", los miembros de la formación fueron cimentando su trayectoria, que les llevó por escenarios como el del festival Noroeste y el concierto previo al de Willie Nile. La actuación que tienen más presente, sin embargo, es la de Inmaculate Fools. "Fuimos sus teloneros en el Playa. Recuerdo decir: 'Vamos a salir y a captar la atención de esta gente, que no ha venido a vernos a nosotros'. Por como nos despidieron, creo que lo hicimos", cuenta el compositor, que sitúa también en el ranking de mejores momentos la grabación de su último trabajo.

En V, asegura Herrero, la banda está "sonando como nunca". Al disco solo le queda pendiente la masterización para su salida a escena, que tendrá lugar en cuestión de semanas. Títulos como Havin' An Affair y A Dream About You- que ya hacían temblar ayer el escenario como adelanto- perfilan el amor que Herrero ha escogido como leitmotiv del disco, en el que le cantará tanto a amores platónicos como reales. Su habitual rock americano, con tintes de rockabilly y country, serán el instrumentos escogido para narrar este nuevo escalón de su historia, que el grupo trabaja por convertir en una escalera al infinito.