Tras el éxito de Summer Rain, Elena Iturrieta vuelve a lanzarse a los escenarios de la mano de What night hides, su segundo trabajo discográfico. La líder de ELE, que se desplazaba a Londres para grabar sus nuevos temas en el conocido estudio de Abbey Road, visitará este viernes a las 20.30 horas el teatro Colón como parte del Festival Elas Son Artistas, en el que actuará acompañada por una formación clásica.

- Segundo álbum, ¿ha notado la presión?

-Claro, pero no presión externa, sino personal. Yo soy muy perfeccionista, y si hay un trabajo que ha funcionado bien, siempre se te pasa por la cabeza: "Este tiene que ser mejor que el primero". Pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo importante es disfrutar.

-Dice que a la hora de componer se ha sentido más segura.

-Sí. Quieras que no, el primero eran canciones que había compuesto en diferentes años. En este álbum ya me había centrado en una idea. La gira también crea esa confianza. Los conciertos te dan mucho rodaje y eso lo llevas a la hora de componer. Yo estaba mucho más cómoda con lo que estaba haciendo.

-¿Ha crecido como artista?

-Quiero pensar que sí. Toda la producción ha ido más allá de lo que era Summer Rain. Creo que hemos hecho una apuesta de sonido diferente, aunque yo sigo tirando de mis influencias. Pero hay esa orquestación que acompaña al disco?

-Un halo cinematográfico.

-Sí. En el primero también quisimos contar con orquesta, pero el presupuesto no iba por ahí. Y en este se nos dio la oportunidad de contar con una en Abbey Road. La cuestión es probar cosas, y estar feliz con el disco, que te va guiando por varios estados de ánimo.

-Algunos son duros, como en Little Lain . ¿Por qué quiso abordar el tema del acoso escolar?

-Yo escribo sobre lo que vivo. Soy profesora y, desgraciadamente, es un tema que siempre ha estado presente en las aulas. Te afecta, porque son niños que lo pasan muy mal, y a los que les marca para toda su vida. Pero poco a poco se va abordando el tema en las escuelas, y espero que en algún momento se solucione.

- What night hides esconde también temas muy íntimos, como Lullaby 12 . Está dedicada a su sobrino.

-Esa la hice hace mucho tiempo. Cogí a sus padres para que dijeran algunas palabras sobre lo que habían sentido con la paternidad, y salió esta pequeña nana. Él la ha escuchado mucho, pero todavía no es consciente, porque tiene tres años. Pero es muy bonito.

-También hay otra dedicada a su madre, Nocturnal . Con ella ha sorprendido a más de uno.

-Sí. Nocturnal es una pieza clásica en la que intento cantar ópera. La compuse para su cumpleaños. También hay otra canción dedicada a mi abuela, To the ground. Nos dejó con 101 años, y en ella cuento todo lo que ha vivido: la República, guerras, tiranos? Un poco lo que hay ahora también, porque la vida no es que haya cambiado mucho desde que ella nació [se ríe].

-Con sus temas ha despertado curiosidades en Reino Unido y Francia. ¿Internacionalizarse es su siguiente objetivo?

-Ojalá. No nos importaría cruzar otros países. Es complicado, pero confiamos en que podamos encontrar la oportunidad de salir y de difundir nuestra música.

-¿Y de dedicarse solo a ella?

-A día de hoy estoy encantada de compaginar. Yo utilizo la música como vía de escape de la realidad. Me siento al piano y es curativo. Si lo hiciese en mi día a día, sé que lo dejaría a un lado. Lo vería como una obligación más que como una desconexión.