Memoria es el último trabajo de La Habitación Roja, el grupo musical que lleva más de 20 años de carrera. Tras la recuperación del vocalista, Jorge Martí, después de su hospitalización en abril, la banda valenciana inició su gira con más ganas que nunca y esta noche se subirá al escenario de la Sala Moom para deleitar al público con lo mejor del indie español. La actuación comienza a las 20.30 horas y forma parte de la iniciativa Arty!

- Llevan más de dos décadas encima de los escenarios, ¿pensaba que iban a llegar tan lejos?

-Cuando empezamos teníamos la ilusión de cuando eres niño. Nunca pensamos en dedicarnos a la música de manera profesional y cuando celebramos nuestro 20 aniversario hicimos balance y nos dimos cuenta de que habíamos cumplido nuestro sueño. Nuestra trayectoria ha sido un aprendizaje constante, como un viaje de fin de curso, ya que era salir a tocar con los amigos y era una aventura tras otra. Empezamos desde cero, desde la base y nuestro éxito ha sido paulatino. Hemos crecido sin darnos cuenta y hemos conseguido unos seguidores muy fieles intergeneracionales que se sienten muy identificados con nuestras canciones.

- ¿Cree que ha habido evolución desde su primer trabajo Popanrol hasta el reciente Memoria ? ¿Cómo la definiría?

-Claro, ha habido una evolución constante y coherente, porque en todos los discos se encuentran los elementos que nos unen como grupo, como el tipo de letra, la melodía o la armonía del conjunto. Siempre hemos querido que las guitarras fueran protagonistas, aunque en los últimos discos hemos incorporado sonidos más amplios. Hay una evolución constante entre disco y disco, pero nunca hay una ruptura total, porque somos cuatro personas y siempre tratamos de buscar un lenguaje musical que tengamos en común y que las canciones nos representen a todos.

- En las primeras canciones había más reivindicación social y, en cambio, las canciones de Memoria son más sentimentales, ¿a qué se debe ese cambio?

-Cantamos lo que vivimos y ya tenemos una cierta edad y se nota en la temática. Cuando empezamos con el grupo éramos adolescentes con una angustia existencial y eso ha ido cambiando. Al principio escribíamos desde un romanticismo exacerbado, teníamos una ilusión y una visión muy romántica de la vida y sobre las injusticias sociales. Esto pasó a una desilusión al llegar a la vida adulta, ya que nos enfrentamos a problemas que nunca nos habíamos planteado. Las letras con trasfondo social y política han impregnado un montón de nuestras canciones, pero después hubo una reacción a todo esto y un hartazgo de todo lo que hemos vivido.

- Su último álbum salió en marzo, ¿qué novedades incorpora y a qué se debe el título?

-El último disco, Memoria, tiene canciones más sentimentales y cargadas de emociones. Nos hemos centrado en hablar de este mundo personal íntimo, de las cosas que nos importan, el tema de las relaciones humanas, el amor o el medio ambiente. Este disco se llama memoria porque habla más de la experiencia de vivir, de tener una vida plena o de la pérdida de la inocencia por el paso del tiempo. Se trata de vivencias que convertimos en canciones e intentamos transformar todo lo malo o lo absurdo que nos ha pasado en algo positivo, para que la gente pueda cantar algo que le sirva también para sentirse identificada. Otra de las novedades es la manera experimental de grabar el disco, hemos ido canción por canción variando el orden lógico de la grabación de instrumentos.

- Estuvo ingresado hace unos meses, ¿ese hecho le hizo regresar con más fuerza?

-Sí, ya estoy recuperado, pero fue una lástima que las presentaciones en sala se han tenido que posponer y las haremos después de verano. Empezamos directamente en festivales y los primeros fueron de tanteo, pero ya estamos en buena forma. En ese momento nos sentimos todos muy vulnerables porque vimos que por un detalle todo se puede venir abajo, porque somos seres finitos y todo se puede acabar. Pero después del percance y de todo el apoyo que recibimos, nos vimos inundados de muchas ganas de tocar y de seguir disfrutando con lo que hacemos. Nunca hemos perdido la ilusión, que es lo más importantes, y aunque la vida te de reveses, hay que seguir adelante.

- La gira de Memoria comenzó en mayo, ¿cómo está yendo? ¿Cómo está siendo la acogida?

-La gira está yendo bien, pero creo que cuando un grupo lleva tantos discos, a veces cuesta llegar a la gente con los últimos discos. Siempre ocurre que mucha gente se aferra a los clásicos y cuesta que escuchen los nuevos. Yo creo que este disco es muy sentido y especial y creo que va a convencer a la gente, y más en directo. Las canciones tienen muchos matices y necesitan muchas escuchas para ir descubriendo todas las novedades.

- Vienen mucho a Galicia, ¿cómo les recibe el público gallego?

-Hace poco estuvimos en Pontevedra, esta noche estaremos en A Coruña y en septiembre en Ourense y Vigo. Venimos mucho a Galicia porque nos encanta la gente, los lugares son preciosos y se come súper bien. Además, nuestra oficina y nuestro sello son gallegos. El público nos recibe siempre genial. Tenemos unos seguidores muy fieles y nosotros estamos encantados. Mucha gente se cree que lo digo por decir, porque somos valencianos, pero a mi Galicia me encanta y cuando empezamos con el grupo deseábamos venir a tocar a aquí.

- ¿Cómo tienen pensado enfocar el concierto en la Sala Moom?

-Vamos a dar un concierto acústico donde las canciones se muestran desnudas sin tanto adorno, arreglo ni electricidad. Intentaremos hacer un concierto improvisado, una especie de story-telling, en el que la gente pueda pedir canciones, preguntarnos cosas y podamos contar anécdotas de cómo y cuándo fueron compuestas. Va a ser un concierto imprevisible, que no sabemos cómo va a terminar, pero intentaremos que sea una experiencia diferente, porque tenemos libertad y flexibilidad. Habrá sorpresas y creo que la gente saldrá muy contenta.