"Son himnos". Así habla Ana Curra de los temas que interpretaba en los años 80, cuando recorría el país de la mano de grupos como Pegamoides, Parálisis Permanente y Los Seres Vacíos. La artista, proclamada icono de la Movida madrileña, recuperará hoy en el Festival Noroeste Estrella Galicia de A Coruña varios de los éxitos de aquella etapa, además de algunas nuevas canciones, que presentará a las 23.15 horas en Campo da Leña.

- Los Pegamoides, Parálisis Permanente? Ha formado parte de proyectos efímeros, pero que han dejado una huella muy grande. Casi es el lema del rock.

-Es que empecé muy jovencita en Alaska y Los Pegamoides, y aunque he tenido temporadas de estar retirada y volver, al final ha sido una carrera de fondo. No me he rendido nunca [se ríe].

-¿Se sentían referentes en aquella Movida madrileña?

-No, eso ha venido después. Nosotros en ese momento actuábamos de una manera impulsiva y por razones de necesidad en una España que estaba rompiendo a una serie de cosas, pasando de una dictadura a una Transición. Nos tocaba expresarnos, pero no teníamos esa conciencia de ser referentes.

-Tampoco conciencia política. ¿Cómo podía esquivarse en un momento como ese?

-Yo creo que con cada acto de tu vida te posicionas. Sin necesidad de hacer una canción protesta, nosotros estábamos rompiendo con una serie de cosas anteriores que no queríamos que fuesen así.

-Imagino que le desilusiona el panorama actual.

-Uno actúa con unos ideales y piensa que ha conseguido una serie de batallas, y luego a los 30 años se da cuenta de que hay una involución total. Cualquiera que escuchara las letras de entonces se daría cuenta de que no éramos nada políticamente correctos. Y hoy ves que una persona, por hacer una letra, puede entrar en prisión. Eso da mucha pena. Antes luchabas contra una especie de democracia irreal y manipulada, aunque no sabías bien donde estaba el enemigo, pero ahora está muy claro que el enemigo somos nosotros mismos. La gente se autocensura con los años.

-Usted no.

-No, yo no [se ríe]. Eso lo aprendí muy jovencita, y me mantengo ahí. Pero me refiero a cosas como cuando ahora se habla del trap y se dice que eso no es música. No estoy de acuerdo. Creo que sus autores están haciendo lo que les corresponde hacer: contar su realidad, el mundo que les toca vivir. Criticar desde el sillón de tu casa es muy fácil, lo difícil es arriesgarse, estar ahí. Yo impulso a la rebelión como criterio y aprendizaje personal.

-"El camino del exceso es un camino de sabiduría", ha dicho. ¿Qué enseña?

-Te enseña lo que es el infierno, y salir de uno no es fácil. Bajas muchos peldaños y lo difícil es volverlos a subir. Pero cuando subes estás más alto que nadie, porque tu capacidad de tolerancia ha cambiado muchísimo. Cualquier situación extrema es un aprendizaje, nunca vuelves a ser igual.

-Usted la vivió con la muerte de Eduardo Benavente. Juntos marcaron tendencia con el primer sello independiente del país.

-Absolutamente. Porque la industria musical solamente va a beneficiarse a ella misma. En nuestro momento, solo sacaba a folclóricas, así que tuvimos que hacer un sello independiente. Si no, no habríamos grabado nunca. Hoy, está convulsionando. La gente se ha pasado a grabar en casa, todo ha cambiado.