Son pocos los que la reconocerían en algunas de las imágenes. Sus calles de tierra, sus puertas desvencijadas, y sus grandes chimeneas a lo lejos hacen intuir una ciudad muy distinta a la que hoy se puede recorrer. A Coruña, hace 100 años, era otra. "Estaba menos asfaltada, y era más caótica, aunque lo cierto es que hay casas que siguen igual, como toda la zona de la Marina", cuenta Lucía Gutiérrez, que encontraba este año una caja con negativos de los años 20 y 30 en la urbe.

Las películas, cerca de 285, habían estado años cogiendo polvo en la casa que su tía abuela tenía en la ciudad. Entre las pertenencias que se recogieron tras su muerte, la familia se topó con los carretes, que la madre de Gutiérrez le entregó como material para un curso de revelado analógico. "Probé un par en casa, y me quedé con la mosca detrás de la oreja. Sabía que tenía que hacer algo con todo eso", recuerda la arquitecta, que compartirá esta tarde sus resultados a las 19.30 horas, con una exposición de 50 piezas en la Nautilus, con la que se abrirá el programa del festival Ffoco.

La muestra es el fruto de la primera residencia artística del ciclo, que ha estrenado este verano la arquitecta. Su estancia, que ha durado un mes y medio, le ha permitido desvelar centenares de retratos, escenas urbanas y alguna que otra estampa en el campo, que descubrió como parte de un proceso "íntimo" y "muy emocionante". "En todas las fotografías aparecen personas, y hay una serie en la que reconozco a mi bisabuela y a sus hermanas. No sabía cuántas tenía", explica la madrileña, que asegura que ha aprendido mucho de su pasado y el de la ciudad con el revelado.

La Puerta Real hace un siglo, el Obelisco, y la desaparecida playa de O Parrote son algunas de las zonas capturadas. La mayoría pertenecen a la Ciudad Vieja, y a la calle Amargura, donde tenían su residencia los Vázquez Veiga, que contaban con una fábrica de juguetes en la planta baja de su hogar. "Toda mi familia desde mis tatarabuelos eran de aquí. Fue mi abuelo el que se trasladó a la capital", recuerda Gutiérrez, que se enfrenta esta tarde a su primera muestra como fotógrafa. El plan a partir de ahora, asegura, es continuar. "Yo quiero seguir con este proyecto. No sé con qué formato, pero esta exposición es un pistoletazo de salida", concluye.