Casi 30 años llevan The Bellrays rodando por los escenarios con su enérgica mezcla de rock, soul y punk. El grupo californiano, liderado por la cantante Lisa Kekaula y el guitarrista Bob Vennum, estará esta noche en el Garufa Club para presentar su álbum de estudio Punk, funk, rock, soul -la segunda parte del EP Volume One- que presentarán a partir de las 21.30 h. como parte del ciclo Son Estrella Galicia.

-Uno de los primeros conciertos en el país lo dieron precisamente aquí, en A Coruña, ¿guardan un buen recuerdo?

-Sí. Recuerdo que nunca habíamos estado en un club en el que montaras junto a la arena y tocaras a la vera del mar. También fue una sorpresa el público. Había un montón de gente allí que nos conocía.

-Ahora vuelven para presentar su nuevo disco, Punk, funk, rock, soul . No dejan mucho a la imaginación con el nombre del trabajo.

-¡Es justamente lo contrario! Deja mucho a la imaginación, porque precisamente este título es una especie de juego. Se refiere a que usar una etiqueta para un proyecto siempre es una restricción, y ese límite nosotros lo vivimos muy mal. Punk, funk, rock, soul es una respuesta a la necesidad de etiquetar unívocamente cualquier proyecto.

-¿Cómo se relaciona este trabajo con su EP anterior, Volume One ?

-Digamos que el primer volumen era un poco la explicación, una dosis más pequeña. En este la desarrollamos, la ampliamos? Hace camino.

-Es el primer álbum completo desde Black Lighting . Vennnum decía que ese disco era lo más brillante que habían grabado, ¿se han superado con este?

-Quizás sí que lo continúa y lo mejora, pero esto es como cuando tienes dos hijos. Aunque sepas que el segundo ha salido mejor, lo dices con la boca pequeña o te lo callas, porque al otro lo quieres muchísimo también [se ríe].

-Las críticas dicen que es uno de sus discos más positivos.

-Sí, totalmente. Es muy positivo, y no podría ser de otra manera, porque gran parte de lo que habla es de la relación que tengo con Bob, y de cómo hemos llevado este trabajo durante tantísimo tiempo. Si no fuera positivo, estaríamos en un grave problema [risas]. Cualquiera que haya estado en una relación duradera, sabe que hay momentos altos y otros bajos, momentos duros y otros maravillosos? Todo eso es lo que plasmamos en el disco.

-Menciona el tiempo. Con The Bellrays llevan cerca de 30 años. ¿Es muy distinta la escena musical actual a la de la década de los 90 en la que comenzaron?

-Yo diría que sí, pero esta mañana me preguntaron si añoraba esos tiempos pasados, y he dicho: "Hombre, pues no, porque estábamos arruinados" [se ríe]. Y hacer música y criar una hija estando en esas condiciones no es fácil. Era una escena diferente, porque por aquellos tiempos no había que compartir el centrarse en disfrutar la música con los avances tecnológicos de ahora y todo lo que eso implica. Aunque, a nivel musical, no puedo decir que fuera mejor o peor.

-The Bellrays nació en una escena punk, pero últimamente se les acusa de un viraje hacia el soul. ¿Qué opinan al respecto?

-A veces, la gente ve lo que quiere ver. En realidad, al principio éramos un bicho raro más soul dentro de ese circuito del punk. Luego nos endurecimos, y ahora, en los últimos tiempos, el espectro sigue abriéndose y recopilando todo ese bagaje. Son momentos del mismo camino, la música es lo que es.