El sexo, la provocación y la censura se hacen este año con el Festival de Cinema Fantástico Da Coruña (FKM), que ofrecerá desde hoy y hasta el 21 de octubre su programa de actividades sobre el género en varios escenarios de la ciudad. La ampliación de su duración a 10 días, la creación de un Foro de Coproducción Internacional y el traslado de la Zombie Walk al 31 de octubre serán las principales novedades del festival en esta edición, con la que el ciclo celebra una década de vida.

- De Satán en la edición anterior al sexo y la provocación en la décima. Últimamente están apostando fuerte en la temática.

-[Risas] Sí, las temáticas nacen de la lectura del entorno, y en este caso se trataba de jugar con la X. Se nos ocurrió la relación entre X edición y sexo, provocación y censura.

-¿La transgresión es algo inherente al género fantástico?

-Si no lo es siempre, debería serlo. El cine fantástico es el cine de Marvel, de DC? pero hay otro tipo de cine que es por el que apostamos nosotros, uno más independiente que juega con la transgresión.

-¿Cómo se refleja ese riesgo en el programa de proyecciones que plantean para este año?

-Este año, elegimos hacer un homenaje a Walerian Borowczyk, que es un cineasta de los 70 conocido sobre todo por su cine erótico. Fue muy provocador y sufrió problemas de censura en varios países. Otro clásico de culto que hemos escogido es la restauración del negativo original en 4k de Liquid Sky. No es exactamente una película transgresora, pero sí que es muy loca.

-También habrá estrenos como Mouras , de Olga Osorio.

-Sí, es una directora que lleva contando con nosotros desde hace tiempo. Proyectamos todos sus cortos, y esta vez confió en nosotros para presentar su último trabajo. Es una directora muy bien vista tanto aquí como en el extranjero.

-El año pasado estrenaban su pieza Einstein-Rosen , grabada en el Barrio de las Flores. ¿Cómo ve el género en la comunidad?

-Sobre eso vamos a tener una mesa cuadrada, en la que va a participar Paco Plaza, Olga Osorio y Andrés Goteira. Hablarán de la dificultad de producir cine de género, no solo en Galicia, sino también en España. Cada vez se está apostando más, pero sigue costando mucho, porque todo el mundo piensa que hacen falta millones de euros para poder hacer una película, cuando Olga Osorio demostró que, con poco dinero y buenas ideas, se puede hacer.

-¿Por eso han incluido un Foro de Coproducción este año?

-Efectivamente. Nuestro Foro de Coproducción es nuestro grano de arena para solucionar este problema e intentar que se coproduzca con otros países, ver si se crea algún tipo de sinergia. En estas reuniones, se va a buscar también que proyectos en fase de realización encuentren su distribución, porque muchas veces cuesta moverlos internacionalmente más allá de los festivales.

-Otra de las novedades es que continúan aumentando la duración del FKM, ¿no hay límites en el crecimiento del festival?

-Siempre los hay. Uno muy importante es el techo económico, que no crece tanto como nuestras ganas [se ríe]. Lo aumentamos para que todo encajase en ese 10. Después, la conocida Zombie Walk decidimos trasladarla al día de Samaín, y sacarla un poco del festival porque su producción es siempre compleja. Además, en esa fecha la gente está mucho más predispuesta a participar.

-La Zombie Walk se la dedican a Amando de Ossorio. Tienen una relación especial con él.

-Sí, le hemos dedicado varios homenajes y hemos traído a varios de sus actores. Este año, aprovechando que es el centenario de su nacimiento, vamos a proyectar un cortometraje en homenaje a sus películas, y hacer una mesa para hablar del cine de la época.

-Ustedes fueron los primeros de Galicia en dedicarle al género un festival. ¿Siguen siendo los únicos?

-Se ha animado alguno más, pero cuando apareció el festival era casi una necesidad crear un evento de estas características, porque es verdad que no había en Galicia uno solo dedicado al género. Fue cuajando y creo que cada vez funciona mejor. Crece el público y el disfrutar películas de fantástico y ciencia ficción que se salgan de las grandes producciones que inundan los cines, que al final son películas casi de usar y tirar. Está bien que exista el cine palomitero, pero también hay otro para un público con otro tipo de exigencias, que espera algo más de una película.