Conocido por sus más de 100 composiciones para cine y televisión, José Nieto es el homenajeado este año en la Semana das Músicas do Audiovisual, que organizará esta tarde un encuentro con el artista en el CGAI (18.00 horas) de la mano de los filmes La aldea maldita y Finisterre. El madrileño, ganador de varios Premios Goya, compartirá mañana otras de sus obras en el teatro Colón, donde las interpretarán en directo los miembros de la Orquesta Sinfónica de Galicia (20.30 horas).

- Primero la Orquesta de la Universidad de Granada, y ahora la Sinfónica de Galicia. Últimamente le están haciendo muchos homenajes.

-Sí [se ríe] Es estupendo, aunque yo no me lo tomo como un homenaje, porque es una palabra que no me gusta mucho. Pero estoy muy contento de ir ahora a Galicia. Se va a proyectar La aldea maldita, que es una película muy importante, y muy desconocida.

-A ella se unirá otra de sus piezas, Finisterre . ¿Qué significan estos filmes en su trayectoria?

-Yo siempre digo que, si La aldea maldita fuera una película francesa o alemana, sería conocida en el mundo entero, porque es una joya. En mi carrera tuvo la importancia de ser la primera vez que me encargaron hacer la música para una película de cine mudo. Finisterre fue también una gran experiencia.

-En total, ha compuesto más de 100 piezas para televisión y cine. Si quitamos sus obras de la historia del audiovisual español, nos quedamos con poco.

-¡Es verdad! Nunca se me había ocurrido [risas] Sí que desaparecerían 5 o 6 películas fundamentales del cine español. Días contados, Amantes, Carmen...

- La Lola, dicen que no vive sola , fue la primera. ¿Cómo afrontó aquel proyecto?

-Fue complicado. Yo siempre me he tirado a las piscinas sin saber si tenían o no agua. Eso ha sido una constante en mi carrera profesional. Estaba trabajando con Vainica Doble, y Carmen Santonja era cuñada de Jaime de Armiñán, el director de cine. Ellas iban cantar para su película, y me pidieron que hiciera un arreglo. Al poco, me dijeron: "Oye, que dice Jaime que por qué no haces tú la música de la película". Yo acepté sin pensármelo dos veces. Luego me quedé horrorizado, diciendo: "¿Qué voy a hacer?".

-Pero le fue bien, ha recibido muchos premios desde entonces. Entre ellos, el Premio Nacional de Cinematografía. Imagino que fue un galardón especial.

-Sí, yo fui el primer compositor de este país que obtuvo ese premio. Se lo habían llevado absolutamente todas las profesiones del cine, excepto los músicos.

-¿Siguen siendo los olvidados del cine?

-Sí, pero lo interesante es que se haya abierto el camino. Creo que a partir de ahora las cosas irán de otra manera.

-¿Cómo van ahora, en comparación a cómo iban en los 70?

-Para empezar, creo que la música ha ido tomando importancia a los ojos de los directores. Está más valorada dentro de las películas de lo que lo estaba cuando yo empecé a trabajar en el cine.

-¿No se enfrenta a retos hoy la música audiovisual?

-El reto es vencer la uniformidad, hay una cierta tendencia a hacer una música cada vez más impersonal. También es que ha cambiado tanto la industria cinematográfica... Yo he sido un privilegiado porque la forma de trabajar era totalmente extraordinaria, pero ahora hemos copiado lo peor del cine de Hollywood. Ahora mismo sería incapaz de meterme a trabajar en una película.