Menos puestos sobre y detrás del escenario, menos salario, menos posibilidades de publicación, y menos referentes, a nivel histórico, en el que las nuevas generaciones puedan verse reflejadas. Esa es la realidad con las que las artistas lidian de forma cotidiana en su trabajo, condenado en su mayoría a pasar inadvertido por una simple cuestión de género. A pesar de los nuevos aires sociales, y del consiguiente cambio de la opinión pública, los espacios para la mirada femenina en la cultura siguen siendo estrechos. Construir un escaparate para mostrarla es la meta del Festival Escena Muller (FEM), que regresa este mes con su segunda edición de la mano de cerca de una decena de actividades.

El programa, que comenzaba la pasada tarde, construirá a lo largo de noviembre un expositor para la labor de las creadoras, que compartirán sus filmes, reflexiones y espectáculos en distintas localizaciones del Agra do Orzán. La asociación vecinal del barrio, la librería Suévia y la sala Gurugú serán los puntos de la urbe en los que se desarrolle el proyecto, que busca romper prejuicios y concienciar sobre la necesidad de alcanzar la paridad en el mundo de las artes. "El festival trata de empoderar la figura de la mujer como creadora y como figura relevante dentro del área social. Intentamos darle un espacio donde se sienta con más fuerza para mostrar lo suyo", explica el responsable de la iniciativa, José Leis.

Para este segunda edición, el proyecto ha sumado varias novedades, creciendo tanto en disciplinas artísticas como en duración. A los viernes del año pasado se unen ahora también los jueves del mes, en los que se organizarán encuentros con colectivos y autoras para reflexionar sobre su situación en el sector. Los viernes, dedicados a acciones en escena, continuarán con sus habituales representaciones teatrales, incluyendo además artistas como visionados y presentaciones literarias. Las exposiciones, como la inaugurada ayer por la fotógrafa Maribel Valdivieso en la Sala Gurugú, serán otras de las ofertas del festival, que busca dinamizar una zona de la ciudad que consideran olvidada. "Tratamos de determinar cómo hacer que un barrio que está infravalorado sea un eje para la ciudad dentro del ámbito femenino", indica el director, que resalta la pieza Golpes como una de las actividades destacadas del programa.

La obra teatral, firmada por Estíbaliz Veiga, podrá verse esta tarde en la Sala Gurugú, a partir de las 21.00 horas. Su reflexión sobre las relaciones tóxicas romantizadas estará seguida el próximo jueves día 8 (20.00 horas) por la de Clásicas e Modernas, que entablará un coloquio sobre el estado de las creadoras en el mundo cultural en la asociación vecinal del barrio. "Se trata de un colectivo que recupera la figura de las mujeres invisibilizadas a lo largo de la historia, y que busca la igualdad salarial", comenta Leis sobre el grupo, que tendrá su réplica el viernes 9 en Gurugú.

A partir de las 21.00 horas, la sala albergará la representación de Judy Garland, interpretada por la actriz Isabel del Toro. Dores Tembrás, escritora, será la protagonista el 15 de noviembre con una charla sobre su trayectoria a las 20.00 horas en Suévia, que estará seguida el día 16 por el espectáculo de cantos y cuentos Yin en Gurugú (21.00 horas). El análisis "sobre la sexualidad y la mujer a lo largo de la historia" de la socióloga Judit Iglesias, y el concierto poético del grupo Aldaolado cerrarán el 22 y 23 el festival en la sala. En ella se pondrá el broche a un programa joven pero con pretensiones, que nacía hace un año a partir del contacto con las necesidades reales de las creadoras. "Como actor y director teatral, he desarrollado mi labor con mujeres. Vi que había que mostrar lo que estaba ocurriendo, porque hemos borrado al 50% de la población", cuenta el responsable de FEM, que extiende la precariedad de las artistas a todas las disciplinas.

Tanto en los escenarios como en la literatura o la música, la mujer se tropieza con "un menor número de puestos laborales y una calidad salarial más baja" que sus homólogos masculinos. Abrirse paso en el panorama artístico se convierte también para ellas en una travesía complicada, en la que suelen acabar eclipsadas por los creadores que las rodean. "Visibilizar las figuras femeninas no siempre es posible. Casi siempre están solapadas, por ejemplo, si trabajan con un director", explica Leis, que asegura que "todavía queda mucho por hacer" en la igualdad, pero que "hay que hacer ruido para conseguirlo".

Con su propuesta, FEM apuesta por formar parte de esta sinfonía, que espera hacer crecer hasta cotas más altas. Incluir el sector musical y potenciar más la creación poética en la iniciativa son las metas de futuro del programa, que seguirá construyendo sus actividades sobre su lema de visibilizar lo invisibilizado.