Al principio, usaba una linterna de minero sobre los platos, para iluminar a la gente que bailaba. Después vinieron las gafas con luces, la gorra y las extravagantes chaquetas de motorista. "Las imágenes al final se quedan. No hace falta que pongas Chimo, ni Hu-Ha. Cuando ves la imagen, ya sabes que soy yo", dice el Dj Joaquín Isidoro Bayo, conocido como Chimo Bayo. El músico, pinchadiscos habitual en la Ruta del Bakalao con temas como Así me gusta a mí o Química, lleva reinventándose cerca de 4 décadas. A la de los 90 regresará esta noche como parte de Love the 90's, un espectáculo que reunirá en el Coliseum, a partir de las 21.00 horas, a artistas clave de la época como Jenny Berggren, Whigfield y Alexia .

- Lo de recrear los 90 le tiene que traer muchos recuerdos.

-[Risas] Yo llevo mucho de los 80 y mucho de los 90, sobre todo de los principios. Vengo del underground. Creo que la canción Así me gusta a mí marcó un antes y un después en la historia de la música electrónica en España. Y eso que nadie quería sacar esa canción, porque no pegaba. Pero yo soy un tío muy cabezón. Siempre he querido ser auténtico, y creo que la gente me respeta por eso.

-¿Hoy ha cambiado el modo de entender la electrónica?

-Por supuesto. Mi hija también es dj, y me dice: "Papá, yo tengo mi estilo". Yo creo que a la gente hay que dejarle la libertad para que no siga los pasos de otra persona, porque si no, no la puedes adelantar nunca. Tienes que ser diferente para permanecer, como en mi caso, en la memoria colectiva de la gente. Y no solamente de tres generaciones, creo que ya vamos por 4 o 5.

-Incluso los que no habían nacido entonces conocen sus temas.

-Sí, y eso es muy difícil de conseguir, encima sin ningún tipo de apoyo. Cuando estás haciendo vanguardia, la gente no lo entiende, sobre todo la que está en discográficas. Las compañías pequeñas que había en Valencia eran innobles. Y lo digo con toda la tranquilidad del mundo porque ya no existe ninguna [se ríe]. Yo sí que existo.

-¿No ha sido difícil sobrevivir a los vaivenes de la industria?

-Hombre, hay gente a la que le firman un contrato de no sé cuántos millones y a los 4 años se ha gastado todo el dinero y ya no lo conoce nadie. Eso me resulta mucho más vergonzoso que el estar luchando durante toda tu vida, reinventándote. He hecho televisión, he hecho radio? Me tira mucho la actuación en directo ante el público, ten en cuenta que vengo de la Ruta del Bakalao, actuaba todos los fines de semana delante de miles de personas.

-Lleva más de 30 haciéndolo.

-¡38! Pero yo creo que tengo 25 años, ese es mi secreto. Eso que dicen que la edad es un estado mental es verdad. Yo tengo mentalidad de niño, y creo que la seguiré teniendo toda la vida.

-Usted comenzó a pinchar en salas como El Templo. Se habla mucho de la movida madrileña, pero la valenciana también tuvo su aquel.

-La valenciana fue el último hito de movimiento social underground buscando el hedonismo de masas. Madrid fue muy importante, pero eran 600 o 700 personas. Aquí eran 35.000 que venían de toda España. Igual estaba un multimillonario bailando al lado de un chaval que trabajaba en un polígono vendiendo bocadillos. Eso es lo que hizo grande a la Ruta del Bakalao, el empatizar con gente de todo tipo.

-Y con música de todo tipo.

-Sí, yo pinchaba unos 7 estilos diferentes de música. Hablamos de house, techno, rock? Nosotros vinimos de una época en la que unos visionarios nos enseñaron que no existía solo la música disco. Eso es lo que ha marcado mi carrera. Yo he cogido temas que nadie pinchaba y he conseguido hacerlos famosos a partir de cantar encima de ellos.

-¿Qué encuentra hoy en las discotecas, frente a las de antes?

-A las discotecas se iba a descubrir qué nuevo disco iba a poner el dj. Ahora, o pones lo que sabe todo el mundo o no baila nadie. En cambio, en Barraca, cuando el tema sonaba en ciertas salas o en la radio, se rompía el disco y no volvía a sonar. A ver quién tiene cojones de hacer eso ahora mismo.

-Sin embargo, la Ruta hizo saltar la alarma social, ¿el paso del tiempo ha sido amable con ella en el imaginario colectivo?

-Por supuesto. Yo siempre la he defendido. La Ruta del Bakalao tenía un estigma, pero ahora va a ser una punta de lanza en muchos proyectos audiosivuales. Y tendrán que contar conmigo. Si no tienen a Chimo Bayo, no será tan real.