Puesto que fue fundada en 1881 y ha permanecido activa hasta el día de hoy, la Coral Polifónica El Eco ha vivido durante todo el siglo XX y los años correspondientes de los siglos XIX y XXI. Tres centurias, nada menos. No tantas como las pirámides de Egipto, de acuerdo con el célebre discurso de Napoleón, pero suficientes para convertirlo en el coro más antiguo de la Península ibérica en actividad. Para una ciudad, constituye un verdadero tesoro, un inestimable patrimonio contar con una coral de semejante trayectoria. En la etapa actual, está dirigida por Pedro Martínez Tapia, cuyo trabajo se ha notado hasta el punto de que la agrupación se halla en uno de los mejores momentos de su historia. El coro suena ahora lleno, cada vez más afinado y preciso, con capacidad para abordar obras del repertorio universal. Tal ha sido el caso de este concierto en que se cantó la encantadora Misa breve aux chapelles, de Gounod, un músico cuya amplia producción ha sido injustamente preterida durante años, con una salvedad: la ópera Fausto que se mantiene en repertorio desde su estreno en 1859. La versión que ofreció El Eco de la misa fue muy notable y, junto con el fragmento del Gloria, de Vivaldi, y el Ave verum, de Mozart, los hitos más significados del concierto. El público aplaudió con gran entusiasmo estas versiones y también las dos canciones corales gallegas: Mariñeiro, de Groba, y Falade ben baixo, tradicional. También, naturalmente, las clásicas piezas navideñas: Adeste fideles y Noche de paz. La parte instrumental, el quinteto con piano, además de enriquecer la sonoridad de conjunto, constituye un sólido apoyo para el mantenimiento de la exacta afinación del coro. Ha sido una gran idea incorporarlo.