Las huellas que los recuerdos dejan en la vida protagonizan el disco más reciente de La Habitación Roja, Memoria, que el grupo llevará en directo este sábado al Inn Club como parte de su gira nacional. A partir de las 22.30 horas, la banda liderada por Jorge Martí dará rienda suelta en el espacio a sus nuevos temas, en los que resumen el aprendizaje adquirido durante sus más de veinte años de trayectoria.

- Muchos verán en este disco una invitación a mirar al pasado.

-La verdad es que es un disco que habla de la importancia de la memoria, del montón de información que vamos codificando a lo largo de nuestro aprendizaje en la vida y que luego determina nuestras reacciones y nuestras emociones. Para mí, tiene un pie en el pasado, pero se proyecta en el futuro, porque de lo que hablamos es de cómo todo lo que has vivido deja una huella en cómo actúas.

-¿Qué parte de su memoria guarda este trabajo?

-Tiene mucho de las experiencias que he vivido en los últimos años, las cuales han sido ciertamente singulares. Creo que he lidiado con aspectos de la vida adulta con los que quizá cuando era más joven no había tenido que lidiar? Y creo que también habla de la soledad, y del hecho de cómo la enfermedad nos aísla muchas veces.

-Usted tuvo un susto relativo a eso el año pasado, cuando sufrió un tromboembolismo pulmonar. ¿Hubo temor a no poder seguir?

-Lo pensé yo y lo pensó el grupo. Hubo un momento, en la vorágine de que te ingresan y te dicen que te podías haber muerto, en el que empiezas a darte cuenta de lo frágil que es todo. De que te has estado preparando para dedicarte a una cosa muchos años y que al final un detalle puede echarlo todo por la borda. No sé, yo creo que esto me ha hecho más reflexivo. Ahora intento tomarme las cosas con un poco más de calma, relativizar? Pero fue un golpe de realidad que te hace ser más humilde.

-¿Se siente más maduro hoy al abordar las canciones?

-Sí. Aunque creo que soy una persona madura en unos aspectos y en otros muy inocente, porque sigo manteniendo una cierta capacidad de ilusionarme y de creer que las cosas se pueden conseguir. Sigo teniendo ese punto, pero sí que he tenido una parte de mí muy reflexiva que ha dado pie a que te saques de encima lo que te preocupa en canciones.

-¿Cuándo las ha necesitado más como refugio?

-Siempre. Creo que la música es ese amigo fiel que siempre está ahí para escucharte. Sobre todo en los momentos de más baja moral, uno se pone una canción y se reconforta. Es una cuestión de ver que hay alguien que te escucha, porque muchas veces nos sentimos solos en el dolor, y eso es lo peor.

-Algunas de este disco, como Quién eres tú , tratan temas que tocan hoy a mucha gente. ¿Está notando esa respuesta por parte del público?

-Sí. Es una canción que está escrita en base a mi experiencia con enfermos de Alzheimer en Noruega, y me parece una canción muy importante. El mensaje es claro: mientras tengas la oportunidad de vivir y tener salud, no te puedes permitir desaprovecharla.

-La experiencia como enfermero que menciona es la cara b de una vida que en España no conocíamos del todo...

-Es que yo he trabajado como enfermero en algunas épocas de mi vida, pero por la enfermedad de mi mujer- que tiene el síndrome de fatiga crónica- me vi en la necesidad de reciclarme y empecé a hacer sustituciones en las épocas en las que no tocábamos. Lo he dejado desde mi problema de salud, porque esa doble vida era un poco demasiado.

-¿Nos eclipsa la idea de la fama hasta el punto de no imaginar que pueda haber cosas como las que cuenta más allá de ella?

-Sí, por eso acepté la propuesta de hacer un documental [ In the middle of Norway] contando esta cara b de mi vida. Creo que estamos en el mundo de las fake news, del culto a la juventud y del éxito a toda costa? Y se pierden los matices que hay detrás de la mayoría de nuestras vidas, porque nadie dice la verdad. Ahora como padre que soy veo en mis hijas el impacto de todo ese culto al éxito, que crea una sensación de no estar a la altura. Antes competías con los 25 de tu clase o con los 10 de tu pandilla, y ahora de repente estás compitiendo con todo el mundo.

-¿Y cuáles son las consecuencias?

-La gente pierde la capacidad de arriesgarse y ser romántica, y de hacer y defender lo que le gusta, porque empieza a tener miedo a comprometerse. El documental rompe todos esos tabúes. Habla de no tirar la toalla y de que detrás de un grupo de relativo éxito hay una serie de cosas que no se cuentan y que tienen mucho más mérito incluso.

-Hablaba antes de la verdad. ¿Falta verdad en la música?

-A mi modo de ver, muchas veces. Pero yo hablaría más de ser honesto con lo que uno siente. Creo que estamos en un momento en el que es difícil creer en los políticos, en las empresas?

-¿Era más sencillo en aquellos años 90 en los que ustedes comenzaban?

-Yo creo que éramos más inocentes. No veía esas ganas ciegas que hay ahora de, más que de hacer una gran canción, triunfar. Se actúa en base a eso, cuando lo nuestro era más amateur. Yo creo que la mejor contribución que puede hacer uno al mundo es intentar dedicarse a lo que le gusta, porque entonces lo va a hacer con pasión.

-Tampoco eso asegura llegar al mainstream . Decía Pau Roca que el pop español nunca ha sido masivo, ¿apostaron por la carta equivocada?

-[Duda] El pop independiente que hacemos nosotros puede que nunca haya sido masivo. Pero yo sí que creo que la música que hacemos tiene vocación popular, en el sentido de que conecta con las emociones universales. Pero hay formas de hacer música que conectan más con el gran público, y quizá nosotros somos una banda que no está destinada a ser masiva, y hay que aceptarlo [se ríe]. Pienso que no hace falta ser el primero para hacer algo que tenga importancia.