Los efectos de conciertos y festivales en el desarrollo de la fotografía musical se ponen a estudio en la primera sesión de Fotografía, turismo e innovación na música en directo de la Fundación Paideia, que arranca este jueves en los Estudios Mans a partir de las 19.00 h. La jornada, en la que se reflexionará sobre el papel de los cámaras en el sector, contará con la participación de los profesionales gráficos Javier Rosa y Juan Pérez Fajardo, que estarán moderados por Cris Andina, una fotógrafa con cerca de seis años de experiencia en imagen musical.

- ¿Hasta dónde llega hoy la unión entre música y fotografía?

-Tengo la impresión de que cada vez hay más unión. Cada vez hay más gente metida en el mundo fotográfico, y más fotógrafos en conciertos. Y ya no hablo solo de los profesionales.

-También parece haber crecido el poder de la fotografía para la marca personal.

-Yo veo una evolución de preocuparse más porque todo sea un conjunto. Cada vez hay más artistas que se hacen sesiones fotográficas y que intentan vender su imagen, no solo su música. También hay más profesionales dedicados a la fotografía musical, como Javier [Rosa] y Juan [Pérez Fajardo], que están al 100% trabajando de eso. Aunque en Galicia no tenemos tanta cultura en ese aspecto, y el mercado es más cerrado.

-¿Se vislumbra una apertura?

-Creo que poco a poco sí. También es que hay más grupos que salen a flote. El universo de Internet promueve que la música llegue a más gente y, si la música llega, la fotografía llega.

-¿Ha sido tan beneficioso como parece ese reinado de la imagen en redes que vemos hoy?

-No. Tienes muchos riesgos, porque el robo de imágenes está a la orden del día. Los fotógrafos pasamos muchas veces por esas épocas de poner una marca de agua en el medio para que nadie te robe.

-En la jornada de este jueves abordarán su papel como profesionales, un papel que se tacha de desconocido.

-Yo creo que he hecho ver a algunos músicos la importancia de nuestro trabajo. Cuando un músico da un concierto, no es solo por afición. Quiere dedicarse a ello. Nosotros si hacemos unas fotos, también nos gusta cobrar por ese trabajo.

-¿La banalización de la imagen es una guerra a combatir por parte del sector?

-Sí. A mí me han llegado a decir: "Tienes una invitación en la entrada por si quieres venir al concierto". Pero ¿yo, o yo y mi cámara? Y ya te dicen: "Bueno mujer, ya que vienes haces unas fotos?". Pero es que eso ya es trabajo.

-¿Dónde está la solución?

-Al final es educación y respeto. Valorar el trabajo de los demás.

-Usted se dedica también al retrato. ¿Está igual de valorada la fotografía musical que esas ramas más tradicionales?

-La fotografía está teniendo muchos altibajos. Hay gente muy valorada, pero también hay tipos de fotografía como la musical que a veces que no se valora tanto. En los retratos no hay ese problema porque la gente viene directamente a ti.

-¿Por qué decidió especializarse entonces en el pie de pista?

-Fue casual. Me compré una cámara de fotos, pero no encontraba nada que me llenase, y la cámara quedó aparcada. Hasta que una vez en Le Club, vi que la gente llevaba cámara de fotos a los conciertos, y entonces al siguiente la llevé yo. Lo pasé en grande fotografiando. A la sala también le gustaron mis fotos, y empecé.

-También salía premiada el año pasado en los IPA Spanish Awards con su retrato Bad days . ¿Le sorprendió la noticia?

-Fue una sorpresa total. Recuerdo que vi el correo y lo marqué como no leído porque estaba en inglés y no me apetecía pararme. Luego, cuando lo volví a ver, dije: "No puede ser". ¡Ni me acordaba de haberme presentado! Es muy raro que me presente a concursos. Pero este lo envié, y fue una sorpresa.