Es un cine personal, que se atreve a transgredir y a explorar nuevas formas en los procesos de rodaje, pero Meritxell Colell se distancia de la etiqueta de autor. "Se ha entendido como el que hace una película para ser tratada de obra de arte, y no creo que sea esa nuestra intención", explica la directora, responsable del filme Con el viento. La pieza, que narra la transformación interior de Mónica García en su regreso a su pueblo natal desde Buenos Aires, se proyectará esta tarde en el Centro Galego de Artes da Imaxe (20.30 horas). Antes, a las 18.00 horas, la cineasta impartirá una clase magistral, en la que explicará la construcción de una historia que derriba la pared entre guionista y actor.

-Su experiencia en documentales se refleja en este filme, mantiene la conexión con el género.

-Sí. Para mí estar en contacto con la realidad es una cosa básica del cine. Ahí, el documental es un campo que está en observación. Eso era algo que no quería perder, que lo que pase ante la cámara sea real.

-¿Y cuánto de realidad tiene su historia?

-No es una historia basada en hechos reales, pero sí en emociones reales. Para mí era muy importante trabajar con dos actrices principales- Mónica García y Concha Canal- que tuvieran mucho en común con los personajes. Mónica es una coreógrafa que se fue de su casa a los 15 años y sabe lo que es tener que estar lejos de la familia. Y Concha Canal había perdido a su marido, y quiere mantener esa vida ligada a la tierra. Ambas les podían dar una densidad a los personajes que yo por experiencia no podría haber escrito nunca.

-Sin embargo, el personaje de Mónica y usted comparten un mismo viaje desde Buenos Aires.

-Efectivamente. Por mi parte, el deseo de hacer la película nace de un doble impulso. El primero era el de retratar el pueblo de mi familia materna, que sentía que desaparecía con la generación de mis abuelos, y el otro es que estuve viviendo en Buenos Aires, y cuando volví a Barcelona sentí que algo había cambiado. Quise explorar lo que significa el desarraigo y que el vínculo que tienes con los que más amas se haya debilitado.

-La idea surge en 2007, pero tardó 6 años en realizarla...

-En primer lugar, nunca me imaginé que iba a dirigir, porque uno tiene el imaginario de ese director genio. También cuesta mucho levantar una película en España. Depende de la confianza.

-¿Escasea en el cine de autor?

-Lo que hay es poco presupuesto. La cantidad de cine que se hace y el dinero que hay para ello está sumamente desequilibrado. Además, yo quitaría la etiqueta de cine de autor, porque creo que nos hace mucho daño. Me da la sensación de que la etiqueta aleja bastante al público de ciertas películas que quizá, si no la tuvieran, podrían llegar a más gente. Más que cine de autor, hay un cine que tiene bajo presupuesto y, eso le da la posibilidad de hacer propuestas más arriesgadas.

-Uno de los aspectos que más llamativos del suyo es que trabajase con un guion tan abierto.

-Para mí es lo más bello. Hemos trabajado mucho más desde el diálogo y desde el presente y no desde lo que está escrito en papel, y todo ha fluido mucho mejor. El cine no está hecho a base de ideas, está hecho con realidades. Cuanto más cerca estés de ese presente, más lo estarás de esos destellos de verdad.

-¿Cómo gestionaba las aportaciones de las actrices a su guion?

-Es que ni Mónica ni Concha tenían guion [risas]. Hicimos un trabajo enorme de personaje, de acercar el personaje escrito a la actriz e ir viendo cuáles eran los puntos de encuentro. Se planteaba: ¿Cómo reaccionarías delante de esta situación?". Ellas lo decían, y a partir de ahí empezábamos a ensayar y grabábamos. Y eso se puede dar porque es una película que habla de la vida y de las relaciones familiares.

-Relaciones en femenino. ¿Las mujeres tienen que empezar a ganar peso en la pantalla?

-Sí, aunque nunca me lo planteé. Para mí era más cercano trabajar desde ahí, y después te das cuenta de hasta qué punto ha sido ocultado un punto de vista que es más que frecuente en el mundo.

-Lo volverá a poner en pantalla con Dúo , una continuación. ¿Mónica tenía más que contar?

-[Risas] Claro. Lo que pasa cuando haces una película que dibuja el arco emocional de una persona, es que siempre se queda a medias. Y Dúo nace de ahí. De retomar a este personaje que ha pasado por una situación que la ha transformado, y que la pone en crisis cuando vuelve a Argentina.