Tras piezas como Sofocos y La plaza del diamante, Lolita Flores confiesa que los guiones de teatro no han hecho más que acumularse en su mesita de noche. Y el último ha venido con aires de tragedia. Fedra, la versión ideada por Paco Bezerra a partir de la pieza de Eurípides, ha adentrado a la madrileña en el drama, en el que se erige con aplomo como la reina de la Isla del Volcán. Bajo la dirección de Luis Luque, la artista llegará este sábado 23 de febrero al Colón (20.30 h) con esta reformulación de la obra, en la que se desechan la culpa y la pasividad de la protagonista original.

-¿Hay que volver a contar los clásicos?

-Yo pienso que sí. Sobre todo, a la juventud, que se sepa los grandes autores que había, pero con un texto que se pueda entender. En la versión de Paco Bezerra, se cuenta la misma historia, pero con un texto poetizado, con mucho glamour.

-Y con una Fedra distinta, también.

-Sí, pero que no crean que es Lolita Flores. Ahí soy Dolores González Flores, y estoy haciendo de Fedra. Me he dejado guiar por la dirección de Luis Luque, que ha dicho: "La quiero así". Y eso he hecho.

-Dicen que le pidió contención. ¿Temía que su vitalidad desbordara al propio personaje?

-Bueno, es que Fedra es una mujer que está enferma. En el teatro tengo el mismo temperamento y la misma fuerza, pero lógicamente se tiene que contener. Es una mujer que sufre una depresión muy grande, porque está enamorada de alguien que sabe que no puede tener.

-Habla de su fuerza. También la definen como una persona muy positiva. ¿Esa forma de ver la vida dificulta el camino a un registro tan dramático como este?

-Para nada. Ni yo pido el desayuno riéndome por la mañana ni llorando. Cuando tengo que estar simpática lo estoy, y cuando no, porque me he despertado con el día cruzado, pues no. Yo sé que la gente puede tener una imagen de mí por la televisión, pero lo que yo hago en Tu cara me suena no lo hago luego en mi vida normal. Tengo todas esas vertientes: dramática, cómica?

-En esta obra se plantea la disyuntiva entre cerebro y corazón, ¿qué hay que elegir?

-[Lo piensa] Ese es un dilema siempre, pero yo creo que están a la par. No te puedes regir siempre por la cabeza y dejar el corazón fuera, ni tampoco por el corazón y dejar la cabeza. Yo he apostado fifty fifty.

-¿Y cómo es cuando apuesta por el amor?

-La verdad es que ya no me acuerdo, porque hace tanto tiempo que no tengo pareja... Tampoco todas las historias son iguales. Depende también de la persona con la que estés, la época, la edad?

-"El amor debería estar prohibido. Te da muy poco y te lo quita todo", escribe Bezerra en el epílogo final.

-Yo creo que el amor es lo que mueve el universo y, si nos quisiéramos más, seguramente el mundo iría mejor. ¿Que es una trampa? Sí.

-¿Por qué?

-Porque muchas veces se tiende a idealizar a quien amas.

-¿No ha cambiado esa idea del amor romántico?

-La idea se puede cambiar, pero los sentimientos son unos, y punto. Cuando te enamoras, te enamoras. También lo dice Fedra: "El amor auténtico, el incondicional, ni te señala con el dedo ni te juzga".

-Antes de Fedra representó obras como La asamblea de las mujeres y La plaza del diamante . ¿Está apostando por un teatro de corte feminista?

-No, para nada. Yo no soy nada feminista ni machista. Soy una mujer que tengo valorada al hombre que se lo merece y a la mujer que también. No aparto a uno de otro. Para mí la igualdad es primordial.

-¿El feminismo no es igualdad?

-Ah, no sé lo que es el feminismo. Es algo que no me preocupa, porque yo me siento muy mujer. No me hace falta ponerme una etiqueta de feminista. ¿Por qué hay que poner etiquetas?

-No hay por qué, pero el feminismo está resurgiendo hoy con mucha fuerza?

-Ya, pero es que yo no voy con las modas. Yo creo que cada uno tiene que ser coherente con uno mismo. Y yo me siento muy mujer, pero también valoro muchísimo a los hombres, porque he tenido un padre estupendo, unos maridos geniales, un hijo maravilloso y un nieto más maravilloso todavía. Yo no entiendo eso de etiquetar a nadie. El amor no tiene etiquetas, ni hay que ponérselas a hombres y mujeres.