No es andaluz, ni gitano, pero Kiko Evia se recuerda siempre ligado al flamenco. El duende le rondaba desde niño, quizá un poco desorientado por haber ido a parar tan lejos de donde suele extender sus raíces. Al norte, en A Coruña, es donde encontró al músico, que ha decidido dejar de sortearlo en sus proyectos artísticos. Después de un trayecto por el rock y el hip hop, con los que coquetea en grupos como Teko y La Doble Fila, Evia se lanza al cante jondo con Gitano de Palo, una iniciativa en solitario bajo la que engloba su pasión por coplas y rumbas.

Este viernes, en el Bristol Bar (22.30), el coruñés pondrá a prueba su pericia en el género con un concierto debut, en el que presentará parte de las composiciones de su primer EP. Previsto para finales de año, el álbum lo graba estos días QTZL, que decidió amparar la propuesta de Evia en cuanto escuchó la primera canción. "Empecé haciendo flamenco con guitarras eléctricas, un poco de cachondeo, pero a la discográfica le encantó. Ya tengo 13 canciones hechas, y vamos a ir soltándolas poco a poco", explica el cantante.

Los temas profundizan en la intimidad de Evia, y exponen en verso emociones como el amor y el desamor. El músico confiesa sentir temor a desnudar sus historias en directo, ahora que se acerca el debut, y también cierto nerviosismo por lo arriesgado de su apuesta. "Sé que me estoy tirando a la piscina sin bañador con esto de hacer flamenco y ser de A Coruña, pero con el nombre ya aviso. Gitano de mentira, de palo. No quiero ir de nada", asegura el artista, que subirá a escena "sin pretensiones", todo voz y guitarra. Con ellas conjurará este viernes los aires flamencos del sur, para hacer más cálidas las noches de su ciudad natal.