El arte siempre suele traer más arte. Libros que se inspiran en otros, danzas creadas a partir de historias o incluso partituras clásicas como las de Músorgski, que compuso su famosa suite Cuadros de una exposición observando las pinturas de su amigo Víktor Hartmann. A lo largo de la historia, las distintas disciplinas se han dado la mano como vasos comunicantes, en un cruce de miradas del que también participa la música actual. El próximo mes, desde este viernes al 1 de junio, sus vínculos con la gastronomía, el cine y el baile se verán reforzados con el Resis Festival de Música Contemporánea, que consolida su apuesta por la vanguardia con una segunda edición de estrenos y performances.

Defiende su director musical, Ramón Otero, que tras la multidisciplinariedad se esconde un "enganche". Diluir las fronteras entre artes permite presentar de un modo más amable un género que a algunos se les atraganta por prejuicio, y que el ciclo de conciertos se esfuerza en difundir. Este año, el festival contará con cuatro estrenos absolutos, y ocho obras que llegarán a Galicia por primera vez de su mano. Como en la anterior edición, su telón de fondo serán espacios emblemáticos de la urbe, a los que sumarán nuevos puntos como la Normal.

En ella, a las 20.00 h., será donde arrancará el programa. Lo inaugurará la videoinstalación de Begoña M. Santiago Cosmos, que incluirá el plato que le inspire al cocinero Luis Veira y la creación que Álvaro Victoriano realizará sobre la intervención el día siguiente. La ampliación de este tipo de degustaciones, patrocinadas por Alhambra, es una de las novedades que el festival ha querido incorporar. En la Fundación Seoane, el ciclo contará con otra el día 18 a cargo de Xoán Crujeiras, que maridará el concierto de David Durán.

"Las degustaciones son importantes, porque es cuando puedes escuchar a los espectadores. Nuestra idea es ofrecerles algo sugerente,einvitarlosaqueveanque pueden disfrutar con la música contemporánea", explica Otero. El organizador tiene claro cuáles serán los platos fuertes de esta segunda vuelta, que coincidirán con los estrenos absolutos. El primero será el de Ubume en la Iglesia de las Capuchinas, una convergencia de música y baile a cargo de la flauta de César Viana y la danza de Luz Arcas, que también estarán presentes en la inauguración.

En otro enclave con historia, la Domus,será donde tendrá lugar el segundo debut. Allí presentará el director artístico del ciclo, Hugo Gómez-Chao,su última obra, que sonará junto a la de otros creadores nunca antes escuchados en Galicia. A sus cuerdas y vientos se sentarán ocho jóvenes intérpretes españoles,que regresarán para la actuación desde distintas partes del mundo. Son "talentos fugados", otra de las grandes apuestas de esta edición, que ha hecho un llamamiento a la cantera formada en los grandes ensembles de Europa.

"Queremos crear una plataforma para que estos intérpretes tengan una vía de retorno", afirma Otero,que también ha buscado este año fomentar las "redes con las instituciones musicales".El modo de hacerlo ha sido un proyecto educativo con el Conservatorio Superior de Vigo, cuyos alumnos de composición trabajan desde marzo con distintos directores con el fin de ganarse un lugar en el programa de la próxima edición.

El último de estos encuentros, el 31 de mayo,servirá como antesala a la clausura del festival en el Museo de Belas Artes, donde estrenarán a nivel mundial sus piezas Jacobo Gaspar y Hache Costa. Las partituras tendrán aire coruñés por su relación con la colección del espacio, punto de partida de unas obras con las que los autores tratarán de romperlos estigmas de lo contemporáneo. El reto, reconoce Otero, no es fácil, porque "tenemos tendencia a que darnos en lo que conocemos". "Osadía" y "curiosidad" es lo que el director receta como remedio, dos ingredientes de un Resis Festival que se atreverá a probarse en Durrës con su participación en agosto en Las Noches de la Música Clásica de Albania.