Cuando están en otros lugares, hay quienes los considera diferentes. Dicen que tienen capacidades distintas a las del resto,quizá una dificultad social, o un problema de vocalización a la hora de hablar. Cuando se suben al escenario, sin embargo, todo cambia, ya la vez nada lo hace. Siguen siendo ellos, tan corrientes y peculiares como lo sería cualquier otro, pero echando abajo una puerta, la de la cultura, que muchas veces se encuentran cerrada cuando la quieren cruzar.

Desde hace tres años, el proyecto Músicas Inclusivas y Participativas de la Asociación Tres por Cuatro lucha por quitar esas cerraduras en el mundo del arte, e impulsar en él la integración de las personas con diversidad funcional. La iniciativa se enmarca en el programa Cultura Accesible e Inclusiva que llevan a cabo la Fundación Emalcsa y el Concello, y está guiada por la mano de un músico que sabe todo lo que el canto puede hacer para solventar las dificultades a las que se enfrentan este tipo de colectivos.

Como artista y técnico sociosanitario, Robert Pier imparte desde 2016 talleres musicales para varias entidades sociales, con las que trabaja a partir de los mantras que compone. Sus acordes, relativos a los elementos de la naturaleza, encontrarán mañana su broche en el Palacio de la Ópera, donde músicos y usuarios presentarán en directo el álbum que grabaron a finales de enero.

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Ensayo de la banda municipal y personas con diversidad funcional

Dice Robert Pier que se trata de "el disco más inclusivo de la historia", y así lo han llamado. El proyecto ha unido a miembros de Adaceco, Adcor, AIND, CAPD, Cogami, la ONCE y Grumico con los músicos de la Banda Municipal, que les acompañarán en escena este jueves, a partir de las 20.00 horas, bajo la dirección de Juan José Ocón. La cantante Lydia Botana, y los coros Ludus Tonalis, Sotto Voce y Grupo Vocal Entr Elas también han querido participar en esta iniciativa, destinada a sumar talentos y capacidades. Con la proximidad del concierto, asegura Pier, "las emociones están brotando" por el trabajo, en el que participan cerca de un centenar de personas con diversidad funcional.

"Para nosotros es muy relevante que se haya materializado este disco. Sirve para cerrar un ciclo, y para que quede archivado en el recuerdo y en nuestros corazones", dice el coruñés. Para el artista,todo el proceso ha sido "mágico', desde la grabación con los usuarios en los Estudios Mans hasta la propia junto a los coros y Botana en los estudios Bruar. También las fases previas a la meta del álbum fueron especiales, dos conciertos que las entidades realizaron el año pasado con la Banda Municipal, y que tuvieron que dividirse entre el teatro Colón y el Rosalía por la imposibilidad de reunir a todos los usuarios sobre las tablas.

El Palacio de la Ópera ofrecerá finalmente el espacio necesario mañana para que todos se unan, y pongan en común lo aprendido en las sesiones de ensayo. En ellas Pier se apoya en instrumentos de percusión para mejorar la psicomotrididad de los participantes, en los que no deja de encontrar mejoras "a la hora de expresarse, gestionar las emociones y vocalizar". "Alguno de los chicos sufre hipoacusia y tartamudez, pero los mantras los canta de corrido", apunta como ejemplo, orgulloso de "todas las posibilidades" que puede otorgar la música.

La de El disco más inclusivo de la historia incluye viejas composiciones como la de el Agua o la Tierra, así como una nueva sobre el éter a la que el coruñés ha dado forma este año. La pieza estrella, sin embargo, es Diversos funcionales, una canción que Pier creó para la ONCE y que hoy se ha convertido en todo un "himno". En ella, demanda la "normalización" como punto de partida porque, afirma, sobre la integración "no hay nada que reivindicar". Todos "nos desplazamos por el mundo a nuestra manera y tenemos nuestro modo de compartirlo", y eso nos colma, sin excepción alguna, de nuestras propias diversidades.