Un ciclo que alcanza su decimoctava edición se halla sin duda consolidado. Es el caso de Música para una época, que organiza el Museo de Bellas Artes y que en esta oportunidad ha traído a un dúo de violín y violonchelo de alta calidad. Mario Braña, asturiano, y Elsa Pidre, gallega, componen un conjunto muy integrado que se especializa en el repertorio barroco utilizando además instrumentos de época. El programa ofrecido abarcó casi dos siglos: desde 1642, año de nacimiento de Bononcini, hasta 1808, data del óbito de Cirri. Allettamento, el nombre del ensemble, tiene en italiano diversas significaciones; en el caso de los dos jóvenes artistas, la idea que pretenden transmitir es la fascinación que ejerce sobre el oyente esta bellísima música de un período de la historia en que asombrosamente todos los compositores que se van descubriendo (gracias a Dios se ha superado el tiempo en que en España esta maravillosa época de la historia de la música era casi desconocida) nos admiran por su calidad, talento e inventiva. Claro que los hay mayores y menores. Pienso en los gigantes (Bach, Haendel, A. Scarlatti, Vivaldi?) En este programa, destacan Corelli y Bononcini; pero el conocimiento de compositores como Valentini, Tessarini, Platti y Cirri ha sido una experiencia maravillosa porque, por añadidura, nos ha sido servida a través de vehículos sonoros de muy alta calidad. Aunque no soy partidario de que los intérpretes diserten sobre obras, autores y hasta ciertas especificidades de carácter técnico, dado lo desconocido del repertorio, pueden aceptarse „y aun, alabarse„ las explicaciones que ofreció el violinista Braña antes de cada uno de los compositores interpretados.