Surgen risas y silencios cómplices cuando Fernando López, líder de Modestia Aparte, echa la vista atrás para recordar las andaduras de su banda y las tropelías que, dice, cometían en aquellos años 90 en los que pegaban tan fuerte. "Éramos muy jóvenes y no teníamos cabeza", asegura el cantante, que se confiesa satisfecho de poder seguir a día de hoy sobre el escenario. Para dar las gracias por todo este tiempo en carretera, el grupo lanzaba a finales del año pasado el recopilatorio 30 años con Modestia Aparte. Invitados especiales y sus canciones más brillantes desfilan por el trabajo, que la formación presentará en A Coruña este viernes 21 de junio en un concierto a las 22.30 horas en el Playa Club.

¿Con cuánto desgaste llegan a este 30 aniversario?

En realidad, llegamos con muchas ganas y muy ilusionados. Empezamos la gira hace muy poco, y estamos muy contentos.

De la formación original solo queda usted, ¿su caso es la prueba de que lo que importa al final es qué hace el cantante?

[Risas] Sí... No lo sé. Lo que es verdad es que todos los miembros originales seguimos siendo muy buenos amigos. Ellos decidieron tirar por caminos distintos, pero nos llevamos fenomenal.

En este nuevo disco se rodea también de buena compañía. Taburete, Andrés Suárez...

Lo que nos apetecía era participar con artistas actuales, gente más joven que, de alguna manera, está repitiendo un ciclo que nosotros también tuvimos. Como Taburete, que lleva poco, pero que ya tiene un éxito importante.

Pero también está José Mercé, un veterano...

Es el sénior de los invitados, y ha sido espectacular. Al final, yo creo que las colaboraciones surgen porque es muy interesante juntar estilos diferentes. Como ha sido el caso de Rozalén, por ejemplo, que no tiene mucho que ver con Modestia Aparte.

Los estilos cambian, pero los éxitos son los mismos. ¿No se ahoga entre tanto recopilatorio?

Si te soy sincero, hubo un momento en el que acabé un poco cansado de tocar sobre todo dos o tres temas. Pero entiendo que al público lo que le gusta es escuchar las canciones que han sido las conocidas de la banda. Creo que ese momento ya lo superé, y ahora ya no me siento para nada mal.

Uno de esos clásicos es Cosas de la edad

Yo creo que son la familia y la música, por supuesto. Nosotros empezamos tocando en garitos muy pequeños, escribiendo letras en las libretas del colegio... Y el haber podido vivir toda esa trayectoria profesional con algo que nos parecía muy divertido ha sido fundamental para nosotros. Creo que esas cosas de la edad que han venido son el agradecimiento al público, y a poder haber disfrutado de la música.

¿Se aborda de forma distinta a los 50 que en la juventud?

Claramente sí. Cuando eres más joven tienes un empuje que no tienes cuando ya han pasado unos años. Y la manera de ver la vida tampoco es la misma. Éramos bastante locos [risas]...

Ahí hay que explicarse

No teníamos cabeza. En el momento en el que empezamos era todo nuevo, y vivíamos experiencias alucinantes. Recuerdo que compartíamos giras con artistas como Danza Invisible o Los Secretos. Gente con la que nunca habríamos imaginado que íbamos a tocar, y con la que de pronto estábamos compartiendo conciertos.

Si le hablo de la discoteca Jácara de Madrid...

Tengo muy buenos recuerdos. Fue la presentación del primer disco. Yo me quedé un poco colapsado, porque me dio miedo escénico antes de salir, y me acuerdo de que me levantaron y me pusieron delante del micro, porque yo no me atrevía [risas]. Fue el pistoletazo de salida del grupo.

Luego la fama les abrumó. Fueron un ejemplo de que se puede morir de éxito

No sé si morir de éxito, pero es verdad que toda la parte de la fama nos pasó un poco de factura dentro del grupo. Es cuando surgieron las diferencias entre nosotros, y nos pareció que lo más normal era separarnos por honestidad.

Ya pedían entonces "encontrar un poco de tranquilad" en aquel Cómo te mueves

[Se ríe] Sí. Nosotros comentábamos algunos años después que nos metimos en una noria que no podíamos parar. De hecho, éramos todos del mismo barrio, y llegó un momento en el que volvimos y era irreconocible para nosotros, nos habíamos convertido en nómadas. Ese momento de tranquilidad, y de gestión de todo los que nos había pasado, nos ha dado también herramientas para llevar al grupo hasta donde está ahora y poder disfrutar de la música.

Los demás se rindieron ante el vértigo del triunfo, ¿por qué usted no?

Yo para algunas cosas no tengo cabeza, así que tampoco me lo planteo. Siempre he pensado que, cuando algo te gusta, lo tienes que hacer pase lo que pase.

Durante los tiempos de parón de la banda tonteó con la diplomacia, ¿ser líder de un grupo de éxito ya tenía algo de eso?

[Risas] ¡Yo creo que nosotros no lo hemos sido! El tiempo te hace ser más diplomático, pero al principio no lo éramos demasiado.

¿Qué recuperaría de aquellos años?

Sobre todo, la espontaneidad y las ganas de hacer cosas. Pero es alucinante que nos sigamos subiendo al escenario...

Pero después de toda la revolución que fueron los 80, ¿lo que viene después no sabe a poco?

Yo creo que son ciclos diferentes. En aquel momento, España vivía una situación política muy distinta. Hubo un cambio muy importante, y una explosión de creatividad. Ahora todo se ha hecho más complejo. Nosotros hemos ido viendo ese cambio de ciclo, de pasar de artistas muy espontáneos a OT [ Operación Triunfo] y el reguetón. Al final, la música tiene su propia vida, y todo el mundo se tiene que ir adaptando.