Cada concierto es diferente. Entre actuaciones los programas varían, los músicos acometen las piezas con más torpeza o lucidez, y el éxito, medido con un simple vistazo a las butacas, sorprende o se torna decepcionante. Sean cuales sean esas variables, sin embargo, la Banda Municipal de Música sabe que siempre habrá una constante en ellos. No se trata de su director, ni de los compañeros de viento o de cuerdas, sino de un niño de 11 años que los observa fijamente entre el público llueva, truene o haga sol.

Gabriel Guerra es el seguidor más acérrimo con el que cuenta a día de hoy la formación coruñesa. Hace seis años que acude a sus conciertos cada domingo, religiosamente como si fuera a misa, y que observa los vídeos del grupo en su tablet y televisor. Cuando arrancan los aplausos y finaliza el repertorio, no duda en subir los escalones hacia el escenario. Saluda primero al concertino Javier Vidal, y luego al resto de miembros de la banda, a los que poco importa romper el protocolo si es por un fan que, como él, los tiene camelados desde hace tiempo.

"Como tiene diversidad funcional, nos dice su opinión del concierto con sus emociones. Es un niño muy movido, pero cuando nos escucha se tranquiliza", cuenta la batuta del grupo, Juan José Ocón. A estas alturas, ni él ni los músicos dudan de que estará entre el público en su concierto , realizado hoy por el Día de la Música. El directo del Colón (20.30 h) será especial porque les unirá con la Banda Municipal de Santiago, y porque reserva una sorpresa para Gabriel, que comenzará cuando Antón Alcalde, Martínez Gallego y Stravinski dejen de sonar.

Con la cercanía de las 22.00 horas, el teatro se convertirá en cine para estrenar Gabriel es nuestro amigo, un filme dirigido por Mario Pilarte y hecho "mano a mano" con la banda. La relación que tiene con el pequeño protagoniza este documental con vocación de circular en festivales, donde se muestra la pasión musical del niño y su día a día familiar.

Gran parte del material que recoge fue grabado en la actuación que el grupo quiso dedicarle el pasado 11 de abril, en el mismo espacio desde el que tocan ahora. Ocón estrenó en él la pieza que le compuso como homenaje, tres movimientos de música "épica y jazzística", que logró arrugar corazones desde las butacas hasta el escenario. "Él no sabía que iba haber una fiesta en su honor. Se emocionó, y consiguió que lo hiciéramos todos, hasta el punto de que no poder tocar", recuerda el director.

Sus notas son ahora el "perfume" del filme de Pilarte, que ha hecho magia, dice, con los planos. El responsable de la obra asegura que no ha trabajado "con compasión, sino con pasión", decidido a "amplificar la normalidad" de las personas con diversidad funcional y demostrar que Guerra "ha conquistado a la banda por su forma de ser, y no por sus problemas". "Estamos acostumbrados a sacar mucho morbo de estos temas, pero yo quería dar una visión real", expone el autor, que ha creado su documental amparado por el programa Cultura Accesible e Inclusiva de la Fundación Emalcsa. Bajo el mismo paraguas se ha movido este año la Banda Municipal para la grabación de El disco más inclusivo de la historia, realizado con siete entidades sociales, a las que el grupo dedica parte de su temporada para "ayudar", apostillan, a sobrellevar "los momentos difíciles" con música.

El poder de sumar talentos

Cerca de 70 intérpretes se unirán en el concierto de esta tarde, que les ha permitido abordar un nuevo repertorio. "A las dos agrupaciones nos faltan unos cuantos músicos, y esto nos soluciona el problema", dice Ocón, que ya tiene solicitudes para el nuevo gobierno local. Al ejecutivo de Inés Rey le pide "un poco de sentimiento" para "cubrir esas plazas" vacantes, y poder de ese modo ampliar sus horizontes en el programa escrito para banda.