Tony Sandoval es mexicano pero desarrolla su obra en Francia. Tras una larga trayectoria dedicada a la ficción, narra en Cita en Phoenyx su propia experiencia al cruzar la frontera entre su país natal y Estados Unidos.

Su obra retrata sobre todo lo lúgubre y oscuro. Está claro que el cómic no es ni mucho menos un género de niños.

Exacto. Cuando yo era niño, me interesaba el cómic de superhéroes, por eso nunca pensé que pudiese hacer cómic, porque los temas que me interesaba contar no tenían cabida en el mundo de superhéroes. La obra Nocturno, que escribí con 17 años, me parece que es una mezcla entre el adolescente que dejaba de ser y el adulto en el que me convertía. Después, con la novela gráfica, entendí que se podía contar historias más adultas y complejas.

Su obra Cita en Phoenyx narra algo tan serio como es el drama de las migraciones. ¿Cómo se plasma esta realidad en viñetas sin banalizarla?

Yo conozco el tema de adentro para afuera y a la inversa. Cuando yo salía del Salvador a Guatemala, veía a toda esta gente clandestina, y me llamó la atención que no hablaban con nadie, eran como fantasmas. Eso me invitaba a hacerlo cómic. Yo lo viví también, no es bonito, pero no quería satanizarlo. Cuando escribí este libro, quería que se quedase en anécdota, no en reflexión social, aunque sí me gusta que tenga esa invitación a ir más allá.

En Europa la situación del cómic no es tan saludable como en EEUU. Muchos europeos saltan el charco. ¿Qué le llevó a hacer el camino inverso?

Cuando yo dejé de leer superhéroes, me empezaron a interesar otros temas, descubrí la Bande Desinée francesa y me dije que quería hacer eso. Tuve muchos rechazos porque mi estilo no casaba en esas publicaciones. "Dibujas bien, pero no es lo que queremos", me decían. Me presenté como dibujante de banda diseñada poco a poco, nunca imaginé terminar en Francia, yo aprendí francés porque quería leer los cómics, no por otra cosa.

¿Qué hay del cómic en México?

Ahora está viviendo un auge de material que hace poco no tenía. Hay buenos creadores. Cita en Phoenix no lo publiqué allí, sino en Estados Unidos, antes de la victoria de Trump.