El Combo Viramundo nació como un proyecto con el que unos cuantos amigos, Xoel López, David Quinzán y Fernando Lamas, pretendían pasárselo bien versionando temas que les marcaron musicalmente. Hoy son unos pocos más y llenan salas como el Playa Club, donde actuarán este sábado. Hablamos con su bajista, David Quinzán, del secreto del magnetismo de sus versiones.

En pocos días, han hecho sold out en el Playa Club para este sábado. ¿Qué resulta tan atractivo del Combo Viramundo?

Yo creo que son dos cosas. Lo primero, que está Xoel al frente del proyecto, que no podemos negar que llama mucho a la gente. Otra es que el tema ha ido corriendo boca-oreja. Solemos agotar entradas en sitios pequeños, y el tema del Portamérica fue un impulso también, fue un concierto muy guay. Yo llevo las redes sociales y me di cuenta de que desde entonces hubo un salto de interés.

El Combo Viramundo empezó como un proyecto para divertirse, y ahora llenan locales. ¿Cambiarán el enfoque de cara al futuro?

Es un grupo para divertirnos, pasarlo bien, experimentar y aprender. No hay un afán de llegar más lejos en cuanto a público. Lo que venga, bienvenido sea, pero el objetivo es pasarlo bien. Ahora somos ocho músicos en el escenario, porque nos podemos permitir traer esa cantidad de gente ahí arriba, lo pasamos todavía mejor. No hay una dirección, es el afán de aprender canciones nuevas.

¿Cree que el éxito del Combo ha dado impulso a los proyectos personales de cada integrante?

Sí, como el Combo es un grupo de versiones, podemos decir que tenemos temazos sin ruborizarnos, porque como no son nuestros, tenemos un repertorio perfecto. Creo que hablo por todos cuando digo que nos enriquece un montón, estamos probando ritmos nuevos, maneras de cantar que como músicos no solemos usar.

Su repertorio fusiona lo latino con todo lo demás. Musicalmente ¿cómo casan todo esto?

Lo latino nunca nos ha sido ajeno. En Europa el indie tiene ese componente anglosajón, nosotros queremos revindicar toda la riqueza musical de la tradición cubana y la salsa. Hay todo un mundo por explorar y asimilar.

¿Cómo escoge el Combo Viramundo las canciones que va a versionar?

De muchas maneras. La versión de Mecano empezó de una manera súper espontánea. Pablo Seijas, el teclista, se puso a tocarla por encima. Luego la tocamos en el concierto y a la semana siguiente ya la grabamos, y fue así. Otras las trae la gente de casa de repente, nos ponemos a probar y si a todos nos gusta, para dentro. Hay otros que llevamos tocando desde el 2012, y que no te digo que sean intocables, pero que si no están, falta algo. Siempre empezamos con Patria, de Rubén Blades, incluso en el Portamérica lo hicimos así.

Usan canciones que les marcaron en determinados momentos. ¿Con cuál se queda?

Una que tengo muy asimilada y me encantó rescatar fue Ojalá que llueva café, de Juan Luis Guerra. Me gustaba desde pequeño, sentía que teníamos que reivindicar a Juan Luis Guerra, un cantautor que está a la altura de los grandes. El tema es bonito y divertido, me decantaría por ese.

A priori, es raro juntar en una misma playlist a Juan Luis Guerra y a The Smiths. ¿Reside ahí el encanto del proyecto?

Sí, de hecho es uno de nuestros lemas: "de Juan Luis Guerra a los Smiths". ¿Por qué no? Me encantan los Smiths, todo el indie, y no voy a renegar, pero también está lo otro, y si podemos abarcarlo, mejor. Cuando empezamos, íbamos a tocar lo que nunca habíamos tocado, y en formato trío. Era por mantenernos en forma, coger el instrumento, tocar, cantar, probar. Ha derivado en esto porque lo hemos vuelto a retomar en Madrid, donde también íbamos a sitios pequeños pero ya se juntaban 200 personas.

Parece que el grupo rinde homenaje a la iconografía de los 70 y 80 también con su imagen gráfica, con los carteles diseñados por Rebeca Losada.

Sí, Rebeca es casi la novena viramunda. Es una peculiaridad del grupo, no repetimos nunca cartel, empezamos así y ya nos parece que tiene gracia. Estaría bien en algún momento hacer un concierto y exposición de todos los carteles, cuando haya más. No lo había pensado, pero sí, parece que tiran a lo vintage y setentero.

Viven en Madrid, pero la mayoría son gallegos. ¿Podemos hablar del lobby gallego de Madrid, o es un tema de morriña?

Yo viví en Madrid cinco años, luego A Coruña y luego volví a Madrid. Es verdad que hubo de repente un boom de músicos que se han mudado aquí. Es un poco el efecto llamada: uno llega, le empieza a ir mejor, conoce a gente. La verdad es que en nuestro ámbito del indie-pop hay más oportunidades, está algo saturado, pero hay sitio. A veces nos denominamos como "el guetto", de repente estás en una mesa y te das cuenta de que no hay un solo madrileño. Somos todos prácticamente de A Coruña, pero no es que nos cerremos a nadie, todo lo contrario. Es un tema de afinidades.