Dice Ana Lee, cantante de Las Antonias, que ser una implica quererse. También saber ponerse en pie, defender con garra los propios derechos, y tener el sentido del humor en forma. En la banda, que lleva de rodaje apenas unos años, la vocalista lo entrena a base de boleros de los 50 y 60, en los que sustituye las letras más anquilosadas por otras de cosecha propia. Junto a Mamen Bazarra y Elena García-Fresca, y las recientes incorporaciones de Sabela Caridad y Jota Romero, la artista estará este viernes en el Garufa Club (22.30 horas), donde encenderá la noche con los temas de su álbum Boleros y otras delicias.

¿Cómo es un concierto de Las Antonias?

Es un concierto show, en el que usamos varios recursos. Normalmente nos importa mucho personalizar cada uno de los bolos que damos. Si vamos a un pueblo, queremos saber qué fiestas son, y las bromas del sitio. Intentamos también mandar un mensaje de equilibrio entre Antonios y Antonias, y usar la clave del humor.

Recogen temas de siempre y les insuflan feminismo. ¿Hay mucho patriarcado en la historia de la canción?

Hay patriarcado en todo [ríe]. De hecho, nosotras nos definimos como destripadoras de boleros y otras delicias, porque son unas canciones fantásticas, pero que en el fondo tienen letras cargadas de un gran patriarcado.

Si las comparamos con el reguetón, no parece que la escena haya avanzado mucho. ¿No lo sienten como una batalla perdida?

No, al contrario. Además, con el humor vemos que la gente abre más su corazón. La risa es un arma muy poderosa. En ese aspecto, tampoco vamos a tirar piedras encima del tejado de nadie, pero sí creemos en lo que hacemos, y eso se transmite a los demás.

¿Qué versión les alaban más, de entre todas las que hacen?

A cada público le toca la patata uno u otro tema. Quizás las otras "delicias" que ahora estamos introduciendo, porque a la gente le va la marcha. En las lentas te quedas más con las letras, pero la audiencia se viene arriba con las movidas.

En temas como Toda una vida muestran una realidad, la del trabajo del hogar, que viven muchas mujeres pero que no suele aparecer en las canciones. ¿Es otro nivel de invisibilización?

[Resopla] Es que todo lo que hay detrás... Lógicamente. Yo creo que la música que más consume el público está hablando constantemente de las mismas cosas de las que hablaban los boleros. De morir de amor, de desconectarte de tu propia vida para vivir la de otros... Por eso a nosotras nos gusta usar el humor para romper esas barreras que parece que hay entre los dos géneros. Nuestra búsqueda es más del individuo. Yo soy un individuo, y después una mujer.

¿Por eso dicen que todos somos Antonias?

Sí, todos somos Antonias [ríe].

¿Y qué es ser una Antonia?

Una Antonia es un individuo que se quiere a sí mismo. Y, al respetarse a uno mismo, la relación con el entorno es saludable.

¿No es empoderarse?

Eso fue avanzando a medida que crecía la idea de Las Antonias. Empezó todo como un homenaje a mi abuelo, que era el que me decía que le cantase. Y las canciones que le cantaba eran boleros. Con el tiempo, me apeteció darle las gracias con lo que él me había transmitido, pero me hice consciente de que las letras eran machistas. A partir de ahí todo fue avanzando a que fuera una banda de mujeres, a buscar letras con un mejor mensaje... Aunque antes éramos mucha alma y poco cuerpo instrumental.

Eso de montar una banda sin saber tocar, como hicieron, es muy de la Movida...

[Risas] Sí. Empezó con una amiga, éramos compañeras de baile en la Mardi Gras. Y un día le dije: "¡Quiero una banda!". De aquella no teníamos nombre, hasta que ella, que tenía el Café Bar en Monte Alto, dijo que teníamos que llamarnos Las Antonias, porque las tres o cuatro primeras personas que todos los días entraban por su puerta se llamaban Antonio.

Cuando comenzaron el feminismo no pegaba tan fuerte como lo hace ahora. ¿Han notado la oleada en su público?

Sí. Hace unos años fue muy potente el Día de la Mujer y fue importante esa visualización global. Todas somos feministas porque ha habido muchas mujeres antes de nosotras que han luchado muy duro, y este es el momento en el que podemos formar parte de una sociedad más equilibrada. Veo que nos estamos visibilizando, pero me gustaría que lo viéramos de una forma natural. Yo subo ahí, canto mis cosas, y lo que espero es que sigamos avanzando.

Aquí actuaron en el Noroeste Estrella Galicia, en Elas Son Artistas... ¿Se han construido un bastión en A Coruña?

Es que no hay nada tan bonito como en tu propio pueblo la gente te valore. Estamos muy contentas con la aceptación del público de A Coruña, y con su cariño. En el Noroeste nos sentimos arropadas, ha sido el mejor bolo. Fue brutal ver la plaza de las Bárbaras llena.