Se despide. Álex Cooper, el icono de la música mod en España, se retira de los escenarios después de más de tres décadas, con un tour que le traerá esta noche a la Sala Pantalán (21.00 horas) bajo el paraguas de Vibra Mahou. La cita será una de las últimas oportunidades para verlo en directo antes del fin de gira, que ofrecerá el 9 de noviembre en Madrid. Allí, en la capital, el ex de Los Flechazos colgará para siempre la guitarra, aunque no su pasión pop, que continuará impulsando con una fundación y con la gerencia de su editorial.

¿Este es un adiós definitivo?

Sí. Llevo 35 años actuando en este mundo y he decidido que me retiro. En mayo lo anuncié, y me han empezado a salir un montón de conciertos por ese interés que suscitó la retirada.

La pregunta que todo el mundo se estará haciendo es por qué se va.

[Risas] Es un cúmulo de razones. Pero básicamente es que creo que ya he hecho todo lo que tenía que hacer en el mundo de la música. Tengo la sensación de haber perdido un poco la empatía con la escena musical. Podría seguir haciendo canciones toda mi vida, pero me parece que no hace falta. Hay que dejar sitio a los jóvenes.

Ahora que cierra una etapa, ¿diría que el mundo de la música ha estado a la altura de sus expectativas?

Pues es una pregunta muy triste, porque la respuesta es que no [ríe]. Yo hice una gira en 2016 en la que celebraba 30 años en la era pop, y en ese momento me tocó hacer balance de cómo había sido mi carrera. Y claro, te das cuenta de que no tiene nada que ver lo que tú soñabas con 18 años con lo que ha sido la realidad.

¿Qué era lo que soñaba?

Yo imaginaba que esto iba a ser de otra manera, no me veía a mí mismo como un artista de culto, que es lo que al final he acabado siendo. A los 20 años, escuchaba a mis grupos favoritos en las radios comerciales, no creía estar en una escena alternativa. Por eso no pensaba que con 50 años iba a estar tocando en salas delante de 100 personas, sino que mi música iba a llegar a más gente.

¿Se arrepiente de no haber desertado de la música mod , como hicieron otros?

Yo no puedo arrepentirme de ser yo. La raíz de los errores que he cometido en mi carrera es que he sido fiel a mí mismo y que no he mentido nunca...

Muchas veces fue por delante. Ya apostaba por lanzar singles cuando los discos todavía mantenían el tipo.

Sí. Eso fue una estrategia comercial fallida, pero, ¿a mí qué me importa? Mi apuesta ha sido hacer trabajos que perduren en el tiempo. Yo nací al mundo de la música con 12 o 14 años, buscando en los cajones de discos de segunda mano a mis bandas favoritas de los 60, que estaban descatalogadas. A mí no me importa que mis álbumes no hayan tenido presencia si un chaval está, como yo hace 40 años, buscando para escucharme.

Le imagino a esas edades, con su estética modernista. Tenía que dar que hablar en León...

Seguramente [risas]. Pero yo lo vivía de una manera muy natural. Era una época en la que todos éramos muy estridentes, no solo yo. La música tenía mucha importancia y las pintas contaban. Hubo un momento en mi vida en el que tuve la oportunidad de irme fuera, a vivir una vida más fácil en ese sentido. Pero qué narices, yo soy de León, y quería que me aceptaran como era allí.

¿Hoy todo aquello está extinto?

Hoy somos como los viejos dinosaurios de una época que ya ha pasado. Pero lo mod es una manera muy agradecida de seguir estando en contacto con el mundo cultural y crecer a la vez. Las scooters, la línea elegante al vestir, la música de los 60... Eso ya son valores universales. Yo tengo un montón de amigos de mi generación que han seguido siendo modernistas como yo.

Mantener un estilo tanto tiempo no está muy en boga. Lo que obsesiona a la mayoría de músicos es precisamente no repetirse.

La mayoría de los músicos son bastante acomodaticios, estamos acostumbrados a dar lo que la gente quiere escuchar. Pero es que vivimos en un mundo en el que la tiranía de la novedad se ha establecido y, si quieres que te sigan llamando, tienes que adaptarte, incluso aunque la autorreferencia sea normal, porque tenemos capacidades creativas limitadas. Seguramente ese haya sido uno de mis errores. Yo he ido por libre en ese sentido.

¿Nunca le tentó reinventarse?

Es que yo creo que me he reinventado muchas veces, aunque siga siendo el mismo. Es muy fácil decir que he hecho durante 35 años la misma música, porque hay influencias personales que se han mantenido, pero el abanico de color se ha ampliado mucho. A mí no me parece que evolucionar sea cambiar unos gustos por otros, sino tener cada vez más referencias. Aun teniendo una conexión, para mí no tiene nada que ver Cooper con Los Flechazos, por ejemplo.

Con ellos se le quedó pendiente una gira internacional. ¿Deja algo más por hacer?

Dejo mogollón de cosas por hacer [risas]. Sí que me da tristeza no haber viajado más por el extranjero, pero, ¿hacer esa canción mágica? No, porque ya la he hecho. Estoy seguro de que mis mejores canciones están compuestas desde hace tiempo. En ese sentido, creo que puedo aportar más al mundo de la cultura desde otro sitio que encima de un escenario.