No han sido meses fáciles para Amaia Romero (Pamplona, 1999). Desde su salida de Operación Triunfo (OT), el talent show del que resultó vencedora, la cantante ha tenido que luchar por hacerse con las riendas de su carrera, y sobreponerse a ese clamor popular que pedía, con fuerza creciente a medida que debutaban el resto de participantes, un álbum firmado con su nombre. Después de abrir boca con singles como El relámpago, el disco calmaba la aguas este septiembre, con el título de No pasa nada. Ahora la artista se embarca en la siguiente etapa, una gira nacional para presentarlo, con la que llegará al Palacio de la Ópera el próximo sábado a las 21.00 h.

Lo de "no pasa nada", ¿se lo ha dicho mucho a usted misma estos meses?

Sí. Es algo que llevo diciendo desde que era muy pequeña. Siempre he sido una persona que relativiza bastante las cosas, y me parecía bonito que ese fuera el título del disco, porque era muy coherente con todas las canciones y conmigo misma.

¿Cuánto hay que relativizar para vivir de la música?

En realidad, yo he tenido que hacer lo contrario. A veces hay cosas que son relevantes y a las que no les doy importancia, pero he tenido que hacerme responsable de lo que estaba haciendo, concienciarme. Al principio, sobre todo, me agobié un montón. Cuando conseguí liderar todo el proyecto, me dije: "¿Y ahora qué hago?", porque ya tenía el poder, pero no sabía lo que quería.

¿En qué punto encontró el camino del álbum?

Cuando estaba grabándolo en Chile y Argentina. Las canciones ya estaban hechas, pero a nivel instrumental no sabía por dónde tirar, hasta que Santiago [Motorizado, productor] y yo nos dejamos llevar por lo que nos pedían los temas. Llegó un momento en el que ya estaba todo mucho más definido, y eso fue más o menos en febrero.

Repite siempre que este es un disco de juventud. ¿Ha querido huir de grandes ambiciones?

Tampoco es que quisiera huir de nada, pero al final soy una persona que tiene 20 años y no he sabido hacer otra cosa. No buscaba que fuera a ser un disco increíble o que fuera a cambiar la historia. Simplemente quería sacar un álbum que a mí me gustara.

Ganó Operación Triunfo, y era una de las pocas que no había debutado todavía. ¿No sentía que perdía el tren?

Es verdad que, cuando mis compañeros empezaron a lanzar canciones, inevitablemente lo pensaba. Pero necesitaba tener un tiempo para conocerme a mí misma porque, si no, hubiera sacado algo que no me representaba. Y sabía que si hacía algo que no me gustaba iba a ser malo, porque se iba a notar.

¿Ha tenido que pelear con la industria por esa honestidad?

Nunca me llegaron a decir: "Queremos esto para ti", pero tenían una especie de camino ya hecho para que lo recorriera. Por ejemplo, en toda la época de Eurovisión, ya notaba que me llevaban a sitios en los que yo... Ni me preguntaban. No quería ni llevar esa ropa, pero directamente me la ponían. Yo ahí pensaba: "¿Esto va a ser siempre así?", porque no quería eso. Yo quería hacer lo que quisiese, decidirlo todo tanto a nivel artístico como estético.

¿Qué opina de la imagen que proyecta ahora? La definen como una artista algo inocente, alternativa...

La imagen que se puede tener de mí es la que lo que se vio en Operación Triunfo, pero desde OT hasta ahora he cambiado muchísimo. En esa época estaba un poco perdida, no me encontraba y no sabía bien qué hacía. Notaba que me trataban como si fuese una niña que no se enteraba de las cosas, pero yo siempre me enteraba de todo.

¿Y ahora?

Ahora noto que me siguen tratando igual, cuando soy una persona adulta e inteligente. Puedo ser inocente, pero como cualquier otra persona.

¿Le gustaría que le tomaran más en serio?

En las últimas entrevistas me han tomado mucho más en serio que antes. Pero en las primeras que hice buscaban que hiciese un poco de gracia, hacer reír conmigo. Yo en el momento no me daba cuenta, pero luego llegaba a casa, veía lo que había salido y me daba cuenta...

Suena a que la música se afea cuando uno se acerca demasiado.

Sí que lo he pensado. Ves un poco todo lo que rodea la música, los negocios, el dinero... Antes, por ejemplo, veía un videoclip y lo disfrutaba. Ahora me pongo a pensar: "¿Cuánto habrá costado?" [risas].

Entre los vídeos musicales que usted consume están desde Marisol hasta Él Mató a un Policía Motorizado. Tiene gustos de lo más heterogéneos.

Desde pequeña me ha rodeado muchísima música, y me he ido haciendo. Pero todavía no sé cuál es el estilo que me representa. Igual me representan muchos...

¿Podemos esperar cualquier cosa de su próximo álbum, entonces?

Ni yo misma lo sé. Este disco ha sido una sorpresa para mí, y en el segundo no sé tampoco qué pasará, aunque sé que no va a ser igual que el primero, porque quiero probar cosas nuevas. Con el tiempo, me gustaría ser una persona que ha experimentado, que tiene una carrera a largo plazo y que ya está asentada. Alguien que no hace las cosas por hacer,sino que actúa para que todo„ incluso lo que estoy haciendo ahora mismo„ tenga un sentido con lo que vendrá después.