Cinco años después del fin de gira de Wasteland, Holywater regresa con un viraje de sonido que habrá cogido con el pie cambiado a más de uno de sus seguidores. El grupo lucense se sube al carro de los acústicos con Arboreal, un trabajo sobre la naturaleza, en el que la banda se desenchufa y se libera de cualquier tipo de efecto. Dice Mito, su bajista, que se trata de una rareza, pero también de un paso necesario para "no hacer el mismo disco siempre". Con él, la formación se embarca en un concierto especial en sexteto en el Garufa Club, donde recalará hoy a las 22.00 horas antes de retomar el formato electrónico.

Siete años sin nuevos temas, ¿les ha engullido la vida?

Sí. Uno se fue a vivir a un sitio, otro a otro... Ahora estamos todos un poco más lejos. Seguimos ensayando, pero el tiempo pasa muy rápido. Y también cambiamos de batería. Por cosas personales Luis Casanova se tuvo que ir, y vino [Álex] Vilas.

Arboreal lo ha definido como un disco "anticomercial". No ha sido muy optimista.

Me refiero a que no es lo que esperaba la gente de nosotros. La primera canción [ Come back], por ejemplo, dura ocho minutos y eso es raro, porque la gente hoy está muy acostumbrada a cosas rápidas e inmediatas...

Y ustedes llaman a la contemplación...

Sí. Pero no fue premeditado, surgió de una manera natural. Como vivimos en partes distintas de Galicia, no teníamos ningún local donde ensayar, así que lo hacíamos en el salón de cada uno, en acústico. Estaba sonando muy bien y decidimos que el disco quedase en ese formato, aun siendo conscientes de que era un paso un poco extraño para nosotros.

¿Uno más instintivo?

Sí, con un sonido más crudo. Richi [Ricardo Rodríguez, cantante y letrista] siempre compone en acústico, y aquí nos quedamos en esa primera parte. Es el mismo tipo de música, pero está vestido de un modo más fresco. Es un paso diferente en nuestra discografía.

En The path to follow y Wasteland apostaban por una mayor sencillez, ¿no apuntaban ya maneras?

Sí, es verdad. Antes las canciones eran más largas, con más efectos y acordes más raros... Y los últimos discos son más simples. Suele pasar que, con la edad, tiendes a sintetizar más las cosas. Hoy es más simple el cómo nos aproximamos a las canciones.

Siempre que habla de Wasteland , su anterior álbum, da la sensación de que no quedó muy conforme con el sonido...

No es que no me guste cómo suena, pero no fue un paso adelante. Es muy parecido al anterior. The path to follow y ese los grabamos en el mismo sitio, con el mismo productor... Es un poco continuista...

Arboreal también lo es en cuanto a temática. Regresan de nuevo a la tierra, a lo natural.

Sí. Es que Richi se fue a vivir al rural. Y supongo que eso se plasma en las letras. Hay una temática sobre la naturaleza porque es lo que él vive.

¿Y qué pasa con el amor? Es un clásico del rock, y parece que ustedes lo rehuyen.

Porque intentamos ser originales, no hacer la típica letra que hace todo el mundo. Tratamos de salir de eso para hacer algo más propio.

También en el sonido van por libre. Ni rock ni indie ... ¿No pasa factura la indefinición?

Sí, siempre nos pasa. En los festivales indies somos demasiado cañeros y en los cañeros somos demasiado poperos. Estamos un poco a medio camino, así que no cuadramos nunca en ninguna escena. Pero yo creo que eso está bien. Cerrarte a un nicho de mercado, a un estilo porque es lo que se lleva, no me parece la mejor opción.

Sin embargo, en Believe se declaran. "Creo en el rock and roll", aseguran.

Sí, pero decimos: " But how much?". En esa canción se plantea hasta qué punto. Creemos en el rock, pero ni hay que tomárselo tan en serio ni es tan importante. No es una religión que haya que seguir a ciegas.