"Cuando el peso de los años me caiga encima, quiero mirar atrás y sentir que valió la pena". Eso dijo Vanesa Martín al recoger este mes su Premio Ondas, y eso volvió a repetir ayer por teléfono, a pocas horas de recalar en A Coruña. La malagueña aterriza esta noche en la ciudad para ofrecer un concierto en el Palacio de la Ópera (20.30 h.), donde presentará su álbum Todas las mujeres que habitan en mí. El trabajo, un prisma de todas sus versiones, lanza hoy su reedición, que incluye el single Caída libre.

¿Hace más vulnerable o más fuerte el cantar lo que se tiene dentro?

Yo creo que más fuerte. La perfección sería encontrar el equilibrio entre la vulnerabilidad y la fuerza de cantar lo que llevas dentro. Pero si tengo que elegir, lo segundo te hace tener más coraje.

¿Lo ha necesitado para este disco? Parece que ha examinado todas sus facetas.

Yo estoy constantemente analizando cómo soy, las múltiples personalidades que habitan en mí. Por eso le puse ese nombre a este disco. Trato de analizarme, pero tampoco me obsesiono. Hay que ser consciente de quién eres y de a dónde quieres llegar, pero también disfrutar del camino.

¿Cuál es la Vanesa que más le ha sorprendido, de todas las que dice que la conforman?

(Piensa) Ninguna y todas al mismo tiempo. La vida te va poniendo en situaciones en las te asombras, porque no esperabas actuar de un modo. Y aprendes. La vida es imprevisible, te puede sorprender en cualquier momento.

Habla de las mujeres de su interior, ¿y las de fuera?

Principalmente mi madre y mi abuela son los pilares en los que me sostengo. Después, en los videoclips hice hincapié en que estuvieran Lola Flores, Chavela Vargas, Olvido... Porque son mujeres muy reivindicativas y muy sensibles al mismo tiempo.

Ahora usted es pilar para muchas otras. Sobre todo, gracias a himnos como De tus ojos.

Me alegra que lo digas, porque de verdad es bonito calar en la vida de otros. Que se emocionen con la música que haces y que empaticen con tu filosofía de vida.

¿No se ha topado con muros su discurso por el amor libre?

Al contrario. De hecho, este videoclip desde el primer momento está bendecido por alguna energía que hay rondando, porque Adriana Ugarte me lo hizo todo muy fácil. Yo no soy actriz, pero todo era muy natural... Y, cuando las cosas fluyen desde esa verdad, eso traspasa las cámaras y se refleja.

El tema le valió el Ondas 2019, que recogió en Barcelona. ¿Cómo encontró la ciudad?

Bien, la verdad es que no vi nada de lo que habíamos visto en televisión. Estaba todo normal.

Se lo pregunto porque en Munay cantaba a la tolerancia, y no sé si cree que está perdiendo fuerza su mensaje.

Yo creo que los políticos nos han llevado hasta ahí, y los políticos tienen que sacarnos. Y los que tengamos la oportunidad de tener una plataforma para comunicarnos tenemos que atender al respeto, la tolerancia y la unión. A que todos nos escuchemos.

Mientras tanto, ¿ Caída libre?

Sí, porque esa canción incita a vivir, a atreverse...

Dice que para usted fue una liberación.

Digo liberación, pero te puedes liberar un día y al siguiente volver a encarcelarte (risas). Yo escucho mucho La Casa Azul, un tipo de música que me apetecía fusionar conmigo porque nunca lo había hecho hasta este tema. Es una canción para ponerla a todo volumen y comerte la vida.

Usted siempre ha sido así. Canta que lo confía todo al corazón...

Sí. No sabría ser de otra manera, y me ha ido bien. Yo soy muy visceral, muy impulsiva, y esa energía la prefiero mil millones de veces.

¿Incluso aunque duela?

Incluso cuando te metes con la pared de frente (risas). Es mucho más interesante el porrazo. Disfrutar del camino es el mayor éxito que una persona puede conseguir en la vida, y por dejarle el peso a mi parte izquierda, yo lo disfruto bastante. Creo que me aburría de otra forma. Además, cuando el corazón aprieta, no hay mente que le gane.