Más sereno, con las cosas claras, y con el aprendizaje de una etapa oscura que preferiría olvidar. Así encara Oscar D'Aniello su nuevo capítulo como alma de Delafé, que estrena con el disco Hay un lugar. El álbum lo presentará este viernes como parte del ciclo Vibra Mahou, que le hará recalar en la Sala Búnker a las 21.30. Allí compartirá su visión vital, considerablemente dulcificada desde La fuerza irresistible, el último álbum antes de romper con Warner.

Da la sensación de que algo comienza con este trabajo

No sabría si es una especie de punto y aparte o un lugar donde me siento cómodo. Puede ser el inicio de algo, y algo diferente a lo que era hasta ahora, a nivel hasta vital.

¿En qué sentido?

En el de tomarme la música de otra manera. También voy a ser padre dentro de unos meses... Así que puede ser el inicio de que la música no tenga tanto peso en mi vida. Vivir de la música significa que le estás pidiendo que te pague las facturas. Eso es algo que le pone presión.

¿Ya ha renunciado a esos sueños de juventud?

Es que es un modus operandi que no me acaba de convencer al 100%, porque este mundo del artisteo es muy inestable. Está muy bien cuando eres un Peter Pan, pero no sé si quiero esta vida crónicamente.

Lo que dice suena a despedida. ¿Lo es?

No, pero sí quiero mirarlo todo desde otro punto de vista. Hace dos años dejé de disfrutar la música porque estaba más preocupado por las cuestiones que la rodean. Con este disco quise hacer lo que me fluyese, cuando antes dependía que de fuese comercial.

¿Por eso no convencían a Warner? Han roto con el sello y ahora se autoeditan...

Claro, ya en los últimos discos no le estábamos convenciendo. Pero el último álbum no fue bien, y esto es un negocio. Aun así, creo que fue una ayuda salir de este circuito que no es el nuestro realmente. El nuestro es un grupo que tuvo un éxito muy efervescente, pero estamos en tierra de nadie, una fórmula muy poco comercial.

Sobre Hay un lugar ha dicho que no puede funcionar peor que el anterior. ¿ Hay un lugarLa fuerza irresistible

Para mí fue triste. Es un disco que escribí pensando que cantaría Helena [Miquel, exmiembro] pero, cuando faltaba poco para que saliera, dejó la banda y tuvimos que apañárnosla para acabarlo. Teníamos que sacarlo sí o sí porque lo habíamos pactado con el sello. Tiene canciones superbonitas, no es una decepción, pero a veces los discos los recuerdas por cómo estabas en esa etapa, y aquella fue una época complicada.

En la portada de este disco lo resume como un incendio

Sí, con mucha oscuridad. Yo recuerdo que fue una época muy oscura. Vivía en el Rabal, que es una zona de Barcelona muy estrecha y en un piso de 50 metros cuadrados, muy metido en escribir solo, con mucha presión... Este lo he compuesto desde un lugar mucho más bonito.

Esa mirada se trasluce en las letras. Está muy lejos de la amargura social que se apreciaba en sus otros trabajos

Sí, pero es tristemente feliz. Resignado. De que hay dos o tres días a la semana que son de mierda, pero depende de ti tomar la decisión de llegar a casa y estar de buen humor. Es un disco que mira a la realidad desde el punto de vista de que nada es lo que nos habían vendido, y que no va a cambiar demasiado, porque ya tenemos unos cuarenta y pocos...

Sin embargo, usted sí que ha cambiado. Ha dejado de beber, de fumar, de comer carne...

Sí, porque empecé a tener la llamada de la paternidad y había muchas cosas que no me gustaban. Por ejemplo, no tenía carnet de conducir. Y me lo saqué. También me puse a estudiar, volví a escribir canciones... Después dije: "Pues no voy a beber". Fin de año fue mi última resaca y nunca más. Antes dejé de tomar carne, porque se me despertó una empatía animal, y dejé de fumar. Ahora estoy mucho más tranquilo, he aprendido poco a poco a estar conmigo y con mi cabeza. Antes no tenía paz.

En el tema que da nombre al disco, Hay un lugar, parece que retrata esa calma. Recuerda casi al Hay un lugarImagine

¡Qué fuerte que me digas eso! Pero en realidad estaba escuchando una canción de un grupo reggae de los 70. Me imaginé en un momento dado cómo le explicaría un padre a un hijo qué hay después de la vida, cómo es ese lugar. Le dice que él estará en un sitio en el que no hay nada que lo que hay aquí, pero que la cosa no se acabará, y que se encontrarán.

¿Es lo que cree?

Me gusta la idea. A veces lo que escribes no te lo acabas de creer, pero te lo acabas de creer cuando lo cantas.

¿Y cuando no canta? En este álbum hay una pista que es solo silencio

Es para reivindicarlo en la música y en nuestras vidas. Yo me he dado cuenta de que tengo un déficit de atención muy fuerte, a la mínima me pongo a mirar el móvil o Instagram. Tenemos la cabeza sobrexcitada, y falta un poco de serenidad a la hora de escuchar, por ejemplo, un disco entero.

¿A quién o a qué le dedicaría hoy un minuto de ese silencio tan escaso?

(Piensa). Me merece un minuto de silencio que no estemos tomándonos en serio que nos estamos cargando el planeta, y que nos estemos preocupando por cosas mucho más superficiales. Acaban siendo una cortina de humo para lo que realmente importa, que es el lugar en el que vivimos todos.