Un mal mánager, una promoción coja y una competencia dura. Fueron muchos los factores que complicaron los inicios de The Zombies, que han tenido que aguardar más de 40 años para recibir el reconocimiento que merecen. Este año, el grupo británico engrosaba las filas del Salón de la Fama del Rock and Roll, tras la publicación de su disco Still got that hunger. Sus temas sonarán hoy en el Playa Club, a las 23.00 horas, dentro del ciclo Son Estrella Galicia.

¿De qué siguen hambrientos The Zombies?

Estamos hambrientos de crear nuevo material. Pero también estamos muy contentos de interpretar cualquiera de los viejos temas. De hecho, en A Coruña, vamos a tocar dos canciones inéditas que acabo de escribir, junto a las de Still got that hunger. Sé que nos estamos haciendo mayores, pero no tiene sentido sentarse a mirar atrás. Nosotros nos seguimos emocionando igual que cuando teníamos 18 años.

En temas como New York evocan esa juventud. ¿Cómo recuerda aquellos primeros conciertos en América?

Llenos de espanto.

¿Tan intimidantes como decía Chris White [bajo]?

Sí, porque éramos la primera banda en América después de The Beatles en conseguir un número 1 con una canción propia. Por eso fuimos a Brooklyn, a un show en 1964. Algunos de nuestros héroes tocaban en ese espectáculo, como Patti LaBelle. Estábamos asustados, porque Estados Unidos era un mundo muy distinto a Inglaterra. Pero era un sitio lleno de tesoros.

¿Cuáles encontró?

Un montón de música. Recuerdo que Patti nos dijo una tarde: "Tenéis que ver a la nueva chica del bloque, se llama Aretha Franklin". Esa fue la primera vez que escuché hablar de ella. En el primer tour por América que hicimos, tras un concierto, también fuimos a la casa de los Houston. Había un bebé, y estoy bastante seguro de que era Whitney Houston.

En América les amaron, pero en Reino Unido pasaron desapercibidos.

Sí que tuvimos menos éxito en Reino Unido que en cualquier otro lugar del mundo (ríe). Pero creo que tuvo que ver con nuestro mánager. No entendía el rock. Nosotros salíamos directos del colegio, la primera sesión de fotos que tuvimos fue terrible... Se creó esta horrible historia sobre la banda acerca de tener exámenes en la escuela, y eso era tan poco guay que fue un fracaso completo.

Se separaron justo antes de lograr su mayor éxito: Time of the season, ¿se arrepintieron?

No. De hecho, nos ofrecieron un millón de libras para hacer una gira por América después de que Time of the season se convirtiera en el número 1. Pero por aquel entonces Chris Wait y yo habíamos montado una productora. Y pensé que era incorrecto volver a juntarnos solo por el dinero.

Time of the season la compusieron durante el Verano del amor, ¿era inevitable contagiarse de aquel espíritu hippy?

No lo hice conscientemente. Pero tengo que reconocer que el movimiento era poderoso. Fue una época en la que, por primera vez, la gente joven se dio cuenta de que podía marcar la diferencia en sus países. También fue una era de gran experimentación musical. Los sellos estaban más dispuestos a dejar que esas cosas sucedieran, mientras que hoy, si un artista no triunfa en un par de semanas, la discográfica lo deja caer.

Habla de la era dorada del rock. Hoy estamos en la del trap...

Yo no soy un gran fan de la música moderna. Hay cosas que me gustan, pero mucha de la música de hoy me suena manufacturada y mecánica. Antes todo era más creativo, porque no había opciones. Ahora puedes utilizar samplers, y hay una cosa que me vuelve loco, y es que todo el mundo usa autotune en sus voces. Yo lo encuentro muy desagradable. A mí me gusta la realidad.