Cada Fin de Año, mientras en la mayoría de las casas amontonan sus uvas en las copas, Fernando Esclusa afina su guitarra. La última noche del calendario para él también es una fiesta, aunque no como la de los demás. El vocalista de Los Mecánicos tiene que tener las clavijas apretadas en su medida justa, la voz limpia, no pasarse con el vino. "No se puede beber mucho, porque si no, no se puede cantar. Pero al llevar tocando toda la vida yo ya estoy acostumbrado", cuenta el intérprete.

Este 31 de diciembre (00.00 horas), le tocará de nuevo dar la bienvenida al cambio de cifra desde el escenario. Mientras la bola del reloj baja en la Puerta del Sol, él se pondrá la correa al hombro, hará pruebas de sonido y sentirá el vértigo previo a los conciertos. Durante los últimos 10 años, esa ha sido la sensación que le ha acompañado cada Nochevieja, que ha recibido con las mejores versiones de la década de los 60, su especialidad. El año pasado, el grupo se atrevía también con los 70 y los 80, una posición en la que ahora se reafirma, a través de un repertorio en el que se mezcla desde Raphael hasta Leño e Ilegales.

"Empezaremos de buenos y acabaremos de malos. El otro día en Ponferrada dijeron que habían pedido una banda de guateque, y que les habíamos traído una de punk", comenta entre risas el vocalista. El coruñés es el primero en reconocer que Los Mecánicos llevan unos meses ampliando sus horizontes, influidos tanto por el público como por las últimas tendencias. Entiende que "las modas van con la música" y que "hoy hay una vuelta a los 80", un arco que se ha colado irremediablemente en el repertorio de la formación.

La nueva deriva sumará este martes a sus versiones de Los Brincos y Andrés do Barro compañeros como la exitosa ABBA, o Siniestro Total. Los vigueses poseen la medalla de ser los más reclamados desde la pista, en la que siempre se cuela a voz en grito la petición de Dolores se llamaba Lola. A Esclusa el tema le acompañaba desde hace años, cuando empezó a tocar. "Cuando estaba en la universidad ya me la pedían, y ahora también con Los Mecánicos. Nunca la hemos ensayado, pero siempre suena", revela el cantante.

La complacencia con el público no significa que en la actuación no vaya a haber sorpresas. Las más de 300 personas que llenarán el Garufa Club se encontrarán con una llamada a su yo infantil a través de los icónicos temas de Los Payasos de la Tele, que el grupo ha preparado a lo largo del año a petición de algunos colegios y asociaciones. Dice Esclusa que será una dedicatoria "para los mayores que siguen siendo niños", como le ocurre a él. "Poco voy a crecer tocando la guitarra a estas alturas", bromea el intérprete, al que, asegura, no le va a "costar nada" hacer de payaso.

El coruñés siempre ha sido adepto a la filosofía del "positivismo", un espíritu esencial para animar la Nochevieja. Asegura que lleva "toda la vida dando las campanadas", desde el mismo inicio del grupo, primero en el Náutico y después en el Garufa. En el local de Riazor, el año pasado agotaron localidades a una semana del directo, y hubo quien se quedó fuera. Deseaban por aquel entonces un 2019 mejor que el anterior, y la petición al parecer se ha visto cumplida, con más de 80 conciertos y una tímida internacionalización con llamadas desde Portugal.

El aniversario, las diez velas que sopló la banda, han ayudado en el proceso. "Siempre hay épocas, y esta está siendo una bonita. Llevamos mucho tiempo tocando juntos y nos entendemos sin hablar en el escenario", apunta Esclusa. Alberto Dopico y Javier Vaamonde son los compañeros con los que toma las uvas, y con los que va sumando años. "Cumplirlos es jorobado, de eso no me alegro. Pero sí de que sea un nuevo inicio", dice.

De nuevo haciendo gala de optimismo, 2020 será, según el coruñés, una buena etapa. El músico ve el mundo "cada vez más concienciado con lo que ocurre", y confía en que la gente siga recogiendo „ quizá incluso con más fuerza desde este miércoles„ "todos esos valores que parecían perdidos".