Hace apenas unos años que Nina de Juan, voz de Morgan, deslumbró al público con su receta rock-soul de la vieja escuela. Fue en 2016 con North, el primer golpe certero, que remató con Air en marzo pasado. El álbum afronta sus estallidos finales antes de un merecido descanso, que la banda se tomará para inspirarse y crear tras dos giras prácticamente seguidas. La última oportunidad para disfrutarla en A Coruña hasta su retorno será este16 de enero, cuando actuará en el teatro Colón a las 20.30 horas.

Se despide de Air

Un poco de las dos, la verdad. Tenemos muchas ganas de ver qué pasa con el siguiente disco, porque no tenemos nada preparado. Pero está siendo un viaje increíble y da muchísima pena, sobre todo porque esto está siendo brutal.

Tras esta última recta, pararán para coger perspectiva. ¿Uno la pierde en la vorágine?

Sí. Son tantísimas cosas que no ha dado tiempo a coger esa perspectiva. Pero va a ser necesaria para los siguientes pasos. Este parón va a significar ser conscientes realmente de todo lo que nos ha pasado sin esperarlo, porque siempre vas un poco con la incredulidad.

Como cuando la comparan con Amy Winehouse...

Es que eso son palabras mayores (ríe). Yo me siento muy agradecida de que alguien pueda pensar esas cosas...

Como el de ella, su sonido es puro, sin artificios. ¿Lo moderno hoy es ser clásico?

Yo creo que, en realidad, hay hueco para todo. Me parece que las mentes están un poco más abiertas, y basta con que estés haciendo la música que te gusta.

Ustedes dicen que la suya es como un viaje, ¿a dónde va cuando canta?

A muchos sitios y a muchos estados de ánimo. La verdad es que entro un poco como en trance. Me siento muy reconfortada.

¿Como cuándo escribe?

Es distinto. Componer es más una pelea conmigo misma que otra cosa. Te cuestionas mucho más que cuando estás tocando...

EnFlying peacefully

Sobre todo, cuando vas a dar un paso que te da miedo. Cuando tienes que decidir algo muy importante de tu vida o cuando vas a hacer un cambio drástico. Eso era lo que me a mí me daba más miedo, el equivocarme. Y no quería.

Da la sensación de que tuvo que convencerse para dejar los coros, de dar un paso adelante...

Nunca había contado con esto como una posibilidad real. En mi casa, tanto a mi hermana como a mí nos han dicho que teníamos buen oído, pero más allá no se sabía (ríe).

Sus padres, como usted ahora, también tenían una banda

Sí, de hecho, han tenido varias cada uno. Pero yo los veía tocar y en ningún momento lo pensaba. De hecho, por eso me sorprende, porque desde niña siempre he estado muy vinculada a ese mundo, y desde casa se ha fomentado y se ha escuchado. Con todo, y por suerte, para mí la música ha sido muy importante para ayudarme y para mi estado de ánimo.