Entre el inicio de su gira por los teatros y su labor como docente en Operación Triunfo ( OT), Zahara le ha hecho hueco a la experimentación. La artista es la protagonista de la nueva sesión de La Residencia, el proyecto con el que la Fundación Paideia y Radio 3 reúnen a músicos en los Estudios Mans para crear un tema conjunto. La portuguesa Luisa Sobral será su compañera de baile en el proceso, en el que se sumergirán desde mañana. El resultado podrá oírse el jueves, en el programa de Ángel Carmona Hoy empieza todo.

¿Cómo enfrenta la colaboración con Luisa Sobral?

Sobre todo, con mucha ilusión. Componer con alguien siempre es un reto, y un motor para salirse de lo que haces. Si encima es con alguien como Luisa, a la que admiro y conozco desde Eurovisión...

¿Se ve reflejada en ella como cantautora?

Tenemos mucho en común. Nosotras primero vamos a componer, y cuando esté la canción vamos a tocarla para que los músicos participen y la grabación sea más orgánica. A mí me gusta que la música suene a música, no hacerla por partes, y me dio tranquilidad que Luisa propusiera lo mismo.

También comparten su paso por OT. ¿Cómo se ha visto en un programa con tanto empuje?

Como yo no participo en las galas ni en el repertorio de los chicos, la verdad es que me siento muy al margen. Pero lo agradezco, porque sería raro para mí. Creo que, de otra manera, a lo mejor me lo habría planteado. Esto fue un sí rotundo precisamente por esa libertad a la hora de gestionar las clases.

Imparte Cultura Musical. ¿Suscribe esa idea de que hoy escasea?

(Piensa) Creo que, con la manera con la que se empieza a consumir, tendemos a comportarnos de una forma contradictoria. Vivimos en la era del acceso absoluto a todo, y es el momento en el que menos nos informamos. Yo recuerdo que, cuando era joven, si estaba leyendo la biografía de John Lennon y hablaba de Revolver, bajaba, lo compraba, me informaba del productor... Y ahora viene una canción y se acabó. Me da pena.

Los músicos a los que enseña pasarán de ser desconocidos a tocar en grandes auditorios, algo que usted ha definido como "un error".

Para mí Operación Triunfo es un programa que me gusta, pero como música no me presentaría nunca. Creo que hay pasos que te saltas que son fundamentales para entender cómo funciona esto...

¿Qué le quitaría a usted una elipsis entre su primer disco y el éxito de Santa?

A mí me hizo valorar todo lo que tengo. Me conseguía mis conciertos, me hacía mis carteles, mi escenografía... Cuantas más cosas has hecho, más conoces esa otra profesión que tiene que ver con tu música.

Este año lo ha arrancado con la más emotiva, en los teatros. ¿Se saturó del pop electrónico de sus últimos discos?

(Risas) Es que yo me saturo siempre. A mí me gusta estar haciendo una cosa y al poco tiempo la contraria. Y es verdad que este año no he tenido más opción que la de estar arribísima. La gira de Astronauta se presentó enérgica y empalmamos enseguida con festivales, pero ahora voy a hacer las canciones de la bajona (ríe).

Menciona Astronauta, su álbum más reciente. ¿Era de las que soñaba con el espacio?

Me iba un poco más allá. Creía que mis padres me habían adoptado porque un extraterrestre me había dejado en la Tierra, pero que vendría a por mí y a por mi mejor amiga Celia. Nos construimos una vez una nave espacial de cartón...

De aquella, cuando cantaba, la gente se reía. ¿Ahora la que se ríe es usted?

(Ríe) Ahora ya da igual todo. Pero sí hubo un momento, cuando empezaron a irme bien las cosas, en el que pensaba esa venganza interna. Porque me ha costado muchísimo. Imagínate ese instante en el que tengo 13 años y la profesora me dice que cante, y el resto de alumnos se parte el culo. Porque eso de la chica que canta y va a la tele ahora es muy guay, pero en mi época era una cosa de bicho raro. Yo me hundí.

Ahora canta: "He perdido mi colección de temores"...

No, no, no (risas).

¿Es una mentira que ha colado?

Es una mentirijilla. Porque esa canción habla de que, cuando vas a ser madre, te empiezan a contar toda una serie de cosas horribles sobre lo que va a ser tu nueva vida. Pero cuando mi hijo estaba a punto de nacer, me di cuenta de que el miedo más grande que tenía no era a lo que yo iba a perder, sino que él no llegara a ser un buen hombre. Y ese miedo era tan grande que eclipsaba a los demás.

En el álbum la vemos frágil en temas como esos, pero también desafiante en otros como Hoy la bestia cena en casa. ¿Quién le suena hoy a ese "miau miau miau"?

(Risas) Ahora esa canción se me ha quedado vieja. Porque yo en su momento pensé que esto no podía ser peor, pero a mí este impasse en el que no se sabía si iba o no a haber gobierno me produjo mucho dolor físico. Ahora ni "miau", ahora tengo que apagar los pensamientos, porque me enervo. Hay veces que me empapo de todo y hago canciones, pero otras necesito limpieza mental.

Ha afirmado que en futuras composiciones apostará por lo primero, ¿va a por el paquete completo de la cantautora?

Con Hoy la bestia cena en casa no pensaba en estar haciendo una canción política. Pero a mí me gusta que los artistas se impliquen, y pienso que yo también puedo hacerlo. Por eso me he planteado no censurarme si me sale. Está muy bien hablar de que me duele aquí y allá, pero también hay que salir de uno y explorar lo que le ocurre al resto.