Sonaban los espráis de laca y volaban los volantes y el charol ayer entre los miembros de El Burlesco Malandrín. La Señorita Siller, una de las artistas de la compañía, se atusaba la falda frente a una de las vitrinas del Concello y Jacky Pinter, en su papel de maestro de ceremonias, cuidaba que no escapara ningún mechón del violeta de su peluca. Incluso el concejal de Cultura, Jesús Celemín, canturreaba contagiado por el ambiente. Animados por la proximidad del Entroido, la picaresca y el baile del burlesque son difíciles de resistir, sobre todo cuando regresa a la ciudad con tanta fuerza como ahora.

El que lo traerá de vuelta será el Festival Galego de Cabaré, que retorna a A Coruña tras seis años de ausencia. Fue en 2014 cuando comenzó el impasse del ciclo impulsado por el grupo de Nelson Quinteiro, que terminará con su undécima edición este 25 de marzo. Hasta el día 28, como una maratoniana concatenación de plumas y números de sillas, pasarán por las tablas del Colón cerca de medio centenar de autores. El programa propondrá un viaje en el tiempo en toda regla hasta esos locales nocturnos de principios del siglo XX, especializados en que el público hiciera, a golpe de arte, músculo de lo que le desinhibía.

El burlesque, un subgénero de la disciplina que toma el cuerpo como centro, será el primero en recrear la época. Lo hará en un formato similar a los de aquellas salas, como la barcelonesa El Molino, en la que "el escenario no termina en el patio de butacas, sino que se extiende y usa al público de atrezo". Lo indicaba en la presentación de la pasada mañana Pinter, que se encargará de la parte más cómica del show inicial, Cabaresque. El espectáculo, dirigido a un aforo reducido de 70 personas, hibridará la Revista Española con las clásicas funciones de variedades, con influencias del flamenco, el humor y "el burlesque de los años 50 y 80 de Las Vegas".

Más al sur, de los colores de Argentina, se teñirá el teatro con Life is a cabaret. El número es uno de las patas de esta edición del festival, que ha querido homenajear a la artista Pía Tedesco por su amplia trayectoria en el género. El show pondrá a la música en el eje el jueves 26, y contará con la presencia de la propia creadora. Tedesco recorrerá el cabaret desde sus orígenes hasta la actualidad, por medio de una adaptación de varios de los espectáculos realizados por la Compañía Nelson Quinteiro.

El director agradeció en la rueda "que se recupere el festival", con el que aguarda "poner A Coruña en el mapa de los cabareteros del siglo XXI". "A veces el cabaret se considera un género menor, pero para nosotros es enorme por su mezcla de disciplinas, que estarán unidas por el hilo de la alevosía y la nocturnidad", apuntó. Su formación lleva trabajando desde agosto para dar forma al ciclo, "coordinando agendas" y llamando a los distintos artistas. De entre los que respondieron a la convocatoria, Quinteiro destaca el alcance de la Swing Machine Orchestra, que pondrá el viernes el toque internacional con músicos de puntos como Cuba o la República Checa.

El grupo, formado por una docena de intérpretes, compartirá un repertorio inspirado en las grandes bandas de los años 30. Sus notas serán la antesala para el cierre del ciclo, que tendrá en lo femenino a la joya de su corona. Dice Quinteiro que, "si el cabaret tuviera género, sería una mujer", pero una "empoderada, que hace lo que quiere". Es por ello por lo que será la Gala Femme Fatale la que pondrá el broche, en un espectáculo solo para adultos con nombres como Las Antonias, Lilí Berlín, Iria Phnheiro o Miss Lacé.

"Va a ser un show irreverente y satírico, con salpicaduras de humor embriagador. El baile, el vestuario y el maquillaje se unirán para hacer algo único", aseguró Celemín, que se sorprendía por el colorido al inicio de la rueda. En la cita, se anunciaron además dos clases magistrales, que complementarán el ciclo con lecciones sobre construcción de personajes y lenguaje corporal.