Son mujeres, presentan un late night y, además, lo abordan con mirada feminista. Una triple revolución. Lucía Lijtmaer e Isa Calderón se reconocen como "una cosa insólita en España" desde hace tres años, cuando decidieron echar a andar su Deforme Semanal, un espectáculo político contra los estereotipos de género que pasean por los teatros bajo su propio mando. La periodista y la guionista escriben, producen y promocionan sus bolos porque "nos hemos dado cuenta de que para que alguien te llame tienes que partir de la autogestión". Especialmente en el humor, remachan, "un espacio que sigue siendo muy masculino" y en el que "se cuenta poco" con las artistas femeninas.

Si se miran las primeras confirmaciones del Encuentro Mundial de Humorismo (EMHU), que se desarrollará en la ciudad del 2 al 10 de mayo, las cifras son un aval. De los catorce anunciados hasta el momento una decena son hombres, dejando solo a Ana Morgade, Silvia Abril y a Calderón y Lijtmaer como contrapeso. El dúo, eso sí, contará con una posición privilegiada, abriendo el ciclo de comedia en el teatro Colón (18.30 horas). En sus tablas aterrizarán con la última horneada de novedades políticas y culturales, entre las que se vuelven "un poco locas" a la hora de elegir.

"Ahora en España tenemos muchos retos con el fascismo y la división interna. Está todo muy animado, y los políticos siempre dan mucho material", cuenta Lijtmaer. La periodista reconoce que las últimas campañas electorales han sido "un regalo" y que, en comparación, el panorama puede parecer más "aburrido". Con todo la actualidad manda, dice, y "cada show es un estreno", en el que el espectáculo va variando al ritmo de las últimas noticias.

Antes de la primera función, las cómicas se sumergen en una semana maratoniana, en la que debaten qué quieren tratar en el texto. "Solemos estar muy compenetradas y escribimos de forma muy orgánica. Hay cosas con las que dudamos sobre si hacer humor o no, pero se trata de encontrar el tono acerca de lo que está pasando", dice Lijtmaer. La artista defiende que "hay que ser consciente del espacio en el que se dicen las cosas" y "tener una responsabilidad", aunque lo importante sea que el resultado "haga reír". En las sesiones creativas de Deforme Semanal es esa la meta que prima, y que el dúo persigue con "mucha libertad" y poco temor a "pisar callos".

Hablando de política y de desigualdad de género, sin embargo, es imposible no abrir heridas. La autora de Ofendiditos, la criminalización de la protesta, asegura que ni ella ni Calderón leen los comentarios que los usuarios hacen en los vídeos de su espectáculo en Youtube, porque "no somos masocas". Si las redes sociales son de por sí un hervidero de indignados, en el caso de las cómicas es mucho peor. "Cualquier mujer que se exponga en un espacio público sufre una serie de agresiones por serlo. Vivimos en un mundo muy misógino, donde escucharnos hablar de cuestiones como las que tratamos es intolerable", denuncia.

La escritora asegura que su proyecto hace "humor feminista, no femenino", un detalle a puntualizar. En la escena ve "más conciencia de las desigualdades", pero también "espacios que te llaman para 'hacer de mujer' y no porque tengas una propuesta interesante". La suya nació del choque con la alocada comedia de Isa Calderón, viral en internet por sus reseñas cinematográficas en la sección Reviews fuertecitas. Se conocieron en una charla en Barcelona y conectaron, dándose cuenta de que lo que estaban haciendo "podía ser un show con una manera de pensar que no estaba presente".

Desde su posición en la comedia, Lijtmaer pide un esfuerzo por programar "para mostrar la diversidad" del sector, no solo en los teatros, sino también en las televisiones. De la parrilla no se descarta, aunque el salto, reconoce, es difícil. "No hacemos humor indie por vocación, pero las cadenas son conservadoras. Y nosotras somos mujeres, no es un chiste", dice.