Uno a uno y en orden, separados para acceder y para sentarse. Toma de temperatura y aplicación de gel hidroalcohólico de desinfección. Mascarilla puesta en todo momento. Salida acompasada para no causar embudos de circulación. Los pasos de este protocolo que en los últimos meses se ha seguido en distintos recintos públicos se tomaron el sábado y ayer en la plaza de María Pita con motivo de los dos primeros conciertos de las fiestas del verano en A Coruña, con la programación reducida por los rebrotes recientes de la crisis sanitaria. El público, paciente y tranquilo, supo adaptarse a los requisitos de protección y seguridad establecidos por el Ayuntamiento para asistir a los espectáculos, unas medidas que se repetirán en los actos principales en otros escenarios hasta el próximo domingo.
Ayudó a que no hubiera incidentes ni confusiones que la audiencia del primer fin de semana se ajustase a un perfil de espectador responsable; acudía a los conciertos de Borja Quiza y Luar na Lubre, cuyos repertorios, al contrario que los de una velada de rock o de pop, invitan a ser disfrutados desde el asiento y con más quietud que desenfreno. Faltó la cercanía en cambio, poder tener al lado a la pareja, al amigo o al familiar, ya que todos los espectadores ocuparon sillas individuales y tanto a izquierda y derecha como delante y detrás tenían a otra persona a un metro y medio de distancia.
Para llegar a sus asientos, el público hizo cola con tiempo para poder acomodarse al menos media hora antes del inicio del concierto. Con separación prudente y marcada con líneas en el suelo antes de someterse al control de temperatura y al lavado de manos para acceder al patio de sillas. No hubo alarma alguna ni necesidad de aplicar el protocolo de confinamiento a nadie. Cuatrocientas personas siguieron a Quiza el sábado y a Luar na Lubre ayer desde la zona de aforo máximo permitido; otra parte del público vivió los conciertos en el entorno de María Pita.
Tras los aplausos finales, el personal de emergencia dispuesto, unas cuarenta personas entre policías locales, voluntarios de Protección Civil, agentes de seguridad y servicios sanitarios, se encargó de coordinar el movimiento del público a través de seis salidas: dos hacia la Ciudad Vieja, dos hacia la Marina y otras dos hacia las calles interiores. De nuevo con orden y calma, los espectadores finalizaron la experiencia.
"Es un exceso de medidas, había más seguridad y control en la plaza que en las terrazas de los alrededores, pero son medidas necesarias que la gente que fue al primer concierto supo agradecer", explican fuentes municipales consultadas. En los escenarios de los parques de Santa Margarita, Europa y Eirís, donde habrá más conciertos durante la semana, se repetirá el mismo procedimiento de seguridad.
Luar na Lubre
La formación coruñesa Luar na Lubre volvió ayer a María Pita para presentar no solo las canciones de su último trabajo, Vieiras e Vieiros, sino también para recorrer algunos de los grandes éxitos de su discografía. De hecho, el grupo empezó con Ti, gitana. En su espectáculo, quisieron recordar a Pepe Temprano, gaiteiro de Eirís, recientemente fallecido, dedicándole uno de los temas y también quisieron agradecer a A Coruña, la ciudad que les vio nacer, que les hubiese dado la oportunidad de haber llevado su música por los escenarios de todo el mundo en sus más de treinta años de carrera.
