Si algo certifica es que el director mexicano Alejandro González Iñárritu es un todo terreno que domina con soltura y, sobre todo, con un control total de los resortes narrativos tanto el drama, terreno en el que se había forjado hasta ahora de forma exclusiva, como la comedia, en la que debuta, con su toque irónico y negro, con innegable acierto y brillantez.

Valiéndose de un humor cáustico que le sirve para elaborar una mirada autocrítica sobre el mundo de los actores y en especial sobre el universo teatral, su aproximación a unos personajes en profunda crisis personal y profesional se salda con innegables aciertos y evidentes virtudes.

Sus personajes vuelven a ser, además, seres consistentes y reconocibles que tratan de abrirse camino en circunstancias casi penosas, al límite de la decadencia absoluta, en las que se deja sentir tanto la debacle artística como la que fluye de su incapacidad para el amor y para los sentimientos. Una película tan dura como reveladora que se vale de un guión original soberbio, ganador del Globo de Oro y ganadora del Oscar a mejor película, que conquistó también el Globo al mejor actor dramático para un Michael Keaton en el, probablemente, mejor trabajo de su carrera, y que acumula nueve nominaciones a las preciadas estatuillas, incluidas las de mejor película, director, actor y actriz de reparto y fotografía. El individuo más relevante es, sin duda, Riggan Thomson, un actor en horas bajas que se la juega por completo en su decisión de financiar una obra teatral que le ayude a salir del pozo en que se encuentra.

Divorciado de una mujer que sigue aconsejándole en los momentos más difíciles y padre de una hija que se mueve en sus mismos ambientes y a la que tiene casi abandonada, sabe que tiene ante sí la última oportunidad de evitar un fracaso generalizado. Para ello se sigue valiendo de una popularidad en parte extinguida que le dio el incorporar tiempo atrás a Birdman, un superhéroe que generó tres secuelas y cuya sombra le sigue persiguiendo en sus sesiones de vuelos a través de los edificios de la gran ciudad.