Auténtica, emotiva y hasta terrorífica, una película que se sustenta en la más terrible realidad y que nos muestra con una meridiana lucidez y claridad el tema de la violencia de género en su expresión más viva. Tanto es así que una película como ésta debiera de servir de manual no solo en las escuelas, también para la mujeres que son víctimas cotidianas de la agresión del marido o de su ex pareja.

Lo más interesante es que con este material teórico de partida se ha forjado una cinta de una madurez muy poco frecuente por tratarse de la ópera prima del guionista y director francés Xavier Legrand.

De hecho fue una de las triunfadoras del Festival de Venecia, donde recibió el León de Plata al mejor director y el Premio Luigi Laurentiis a la mejor ópera prima. En San Sebastián ganó el galardón del público a la mejor película europea y el Otra Mirada de TVE.

Los primeros 15 minutos son modélicos a la hora de presentar el caso. Para ello el director se vale de las negociaciones entre los abogados de los exesposos Myriam y Antoine a la hora de determinar si se concede la custodia a la primera del hijo pequeño para protegerlo de la supuesta violencia del padre. Al final del juicio, sin embargo, la decisión es que la custodia sea compartida entre los dos cónyuges. Es entonces cuando el problema adquiere su extrema gravedad, consecuencia de la actuación de un padre que todavía intenta conseguir el perdón de la exmujer con promesas y juramentos de que nunca volverá a maltratarla. Los hijos, sin embargo, son conscientes de lo que han pasado ellos y su madre y no aceptan ningún tipo de componenda que pase por la reconciliación.

Con unos actores ejemplares, que dan vida a sus personajes y que contribuyen a incrementar la credibilidad de la trama, la cinta va dejando expedito el camino para una media hora final terrible en la que la locura, el machismo y la violencia se desatan hasta niveles exagerados. Porque estamos ante un asunto que, al igual que en España, afecta también a Francia, donde una mujer muere asesinada cada dos días y medio por este tipo de crimen.