Calificación: **1/2 Dirección: Jan-Ole Gerster. Guión: Blaz Kutin. Fotografía: Frank Griebe. Música: Arash Safaian. Intérpretes: Tom Schilling, Maria Dragus, Corinna Hartouch, Johann von Bulow, Andre Juno, Edin Jasanovic, Mala Emde, Friederike Kempter, Mark Filatov, Johann von Bulow. Nacionalidad: Alemana. 98 minutos. Año: 2019

Una muestra a tener en cuenta de un cine alemán que, aunque prometía más de lo que a la postre ofrecía, pone de manifiesto algunas virtudes que no deben ignorarse. Es más, este segundo largometraje del director Jan Ole Gerster, que había debutado en 2012 con 'Oh boy', que no vimos en España, se alzó con el premio especial del jurado y el premio a la mejor actriz en el festival de Karlovy Vary y con el Premio Fipresci en el Festival de Múnich, formando parte de la Sección oficial de la Seminci de Valladolid de 2019. El problema es que el guión se adentra en un terreno a veces cenagoso que se pierde en una serie de consideraciones sobre cuestiones tan delicadas como el destino y la casualidad.

La película discurre el día en el que tienen lugar dos hechos destacados para Lara, una profesora de piano que celebra su sesenta cumpleaños y que se prepara para asistir por la noche al primer y más importante concierto de su hijo Viktor, que llevará la batuta delante de su familia y su entorno. Podría parecer, con toda lógica, que es una fecha que llenaría de orgullo y felicidad a muchos, pero por desgracia aquí las cosas de casa se mueven en coordenadas muy distintas. Hasta el punto de que madre e hijo no se hablan desde hace tiempo y eso deteriora los encuentros previos de ambos en el teatro de los acontecimientos.

Es probable que se pase de rosca, especialmente cuando cada uno por su parte se dedican a repartir las invitaciones para el acto fingiendo lo que es una enorme mentira, aunque es cierto que el clima ,dramático y familiar que se impone en el desenlace aporta fuerza y vigor a los espectadores.