Representa un paso atrás en la serie de animación digital de los ´Gnomos´, entre otras cosas porque carece de su encanto y la historia que nos cuenta resulta mucho menos imaginativa. Es por eso, un producto menor y claramente destinado a un auditorio seguro y limitado, el de los más pequeños, que difícilmente interesará a los adultos. Aunque tampoco ´Gnomeo y Julieta´ era una joya del género, desde luego sí contenía más motivos para la diversión y para, por lo menos, pasar un rato agradable.

Los siete años que han pasado desde que vimos la primera entrega, que dirigió Kelly Ashbury, no sólo certifican la escasa fe que los productores tenían en abrir paso a una serie, también ponen de relieve las carencias de unos guionistas, nada menos que cinco, que han sacado en esta ocasión poco partido de los personajes creados por Rob Sprackling y John Smith. Es un hecho que el trabajo del nuevo director, John Stevenson, está en un plano inferior y no hace olvidar su más que aceptable labor en ´Kung Fu Panda´, que dirigió en 2008.

Los protagonistas siguen siendo ´Gnomeo´ y ´Julieta´, aunque ahora deben compartir ese honor con el mítico detective ´Sherlock Holmes´ y con un ente inanimado pero con considerable capacidad de fascinación, la ciudad de Londres. El problema es que ´Gnomeo´ y ´Julieta´ han descubierto, mientras preparaban los járdines de primavera, que los gnomos que vivian en Stratford-upon-Avon han desaparecido de forma misteriosa y, ante semejante realidad, no cabe otra cosa que recurrir a ´Sherlock Gnomes´, el gnomo dedicado a la seguridad de sus semejantes, y trasladarse a un lugar más seguro, que no es otro que la capital londinense.

Al abrirse un frente tan delicado, es obligado que los propios ´Gnomeo´ y ´Julieta´ colaboren con ´Sherlock´ en la investigación, que se verá afectada por un factor decisivo: la reaparición de ´Moriarty´, el enemigo más temible de los gnomos. Esta fase, en la que no falta el entrañable ´Watson´, podía haber mejorado las cosas, pero no.