Los extraños aplausos de Nicole Kidman en la última edición de los Oscars dieron la vuelta al mundo y fueron objeto de mofa en las redes sociales. Las malas lenguas insinuaban que la actriz podría haberse puesto botox pero nada de eso. La australiana ha explicado la razón por la que le era imposible aplaudir con normalidad.

“Llevaba un gran anillo prestado y no quería dañarlo”, ha aclarado en un programa de televisión. Según el 'Daily Mail', la actriz nominada al Oscar a Mejor Actriz por la película 'Lion' portaba una joya de 13,58 quilates de la firma Harry Winston.

No fue una noche cómoda para Nicole, ya que además contó que al bajar del coche se le rompió el tirante de su vestido, un Armani Privéen tonos nude. “Entré un poco en pánico”, ha admitido.