Ocho mujeres toman la posta de los hombres en el último capítulo de la saga "Ocean's", un atraco a todo glamur y lentejuelas en la era del #MeToo que rompe varios códigos de este género históricamente masculino.

"Ocean's 8" se estrena, más de diez años después de "Ocean's 13", el tercer capítulo de las aventuras de Danny Ocean (George Clooney) y su banda, que desvalija casinos sin jamás perder su flema legendaria. Para revitalizar la saga, Warner Bros obligó a Danny, fallecido en 2018 en circunstancias desconocidas, a dejar el lugar a su hermana menor, Debbie (Sandra Bullock), que al igual que su hermano al inicio de la trama, acaba de salir de prisión.

Pero "Ocean's 8" va mucho más allá, despidiéndose totalmente de la testosterona, la maldad e incluso la dimensión dramática, elementos inherentes al género presentes en los tres primeros "Ocean's".

La nueva trama

No hay armas, no hay explosivos, no hay violencia física, ni la encarnación de una forma de oposición, una suerte de enemigo como podía serlo Terry Benedict (Andy Garcia) en los primeros capítulos. Solo quedan la planificación y la ejecución minuciosa del plan.

"Hubo versiones masculinas, pero nunca un conjunto de mujeres en la cima como éste", estimó el director Gary Ross ("Hunger Games") en una conferencia de prensa celebrada a fines de mayo en Nueva York. El director y co-guionista explicó que fueron necesarios "tres o cuatro años" para que el proyecto de un filme de alto presupuesto que se apoya enteramente en actrices viera la luz del día, incluso con tres actrices oscarizadas y la cantante Rihanna en cartelera.

Aunque el filme se rodó antes del estallido del escándalo Weinstein, la marea que le siguió empuja hoy a Hollywood a cuestionarse sus prácticas y el lugar que ocupan las mujeres en el mundo del cine.

En la era del #MeToo ya nada es neutro, ni siquiera un filme que no tiene nada de política y que sobre todo pretende divertir.