Mantiene la fidelidad a sus principios, llevando como siempre la acción a niveles de máxima espectacularidad, con secuencias realmente inverosímiles, y todo apunta a que esta cuarta entrega de Misión imposible no será la última. Tom Cruise, protagonista y verdadero artífice de la serie sabe explotar todos aquellos recursos que generan dividendos en la taquilla. Lo vemos de nuevo en el cometido de Ethan Hunt decidido a sacar adelante misiones que solo están al alcance de un superhéroe como él. Desde que en 1996 irrumpiese en la pantalla grande, sobre la base de una serie de televisión de finales de los ochenta creada por Bruce Geller, sus sucesivas apariciones han incrementado su prestigio y popularidad. Bien es verdad que parte de ese éxito se debe a la buena elección de los directores. Al notable Brian De Palma, que inició la saga, sucedieron en 2000 el especialista en cine de acción de Hong Kong John Woo y J.J.Abrams en 2006. El último en llegar es un Brad Bird que debuta en el cine con personajes reales tras haber firmado tres excelentes muestras de animación, El gigante de hierro, Los increíbles y Ratatouille.

Ethan Hunt tiene que evolucionar como agente, pasando de ser un lobo solitario a convertirse en un auténtico jefe de equipo. El problema es que Ethan ha dependido únicamente de sí mismo en las tres películas anteriores, pero en ésta tiene que confiar en otros. Para él es bastante difícil, porque le han traicionado muchas veces los miembros del equipo y la propia organización, y ahora no tiene más remedio que confiar en esas tres personas a las que apenas conoce. A los agentes del IMF (iniciales de Impossible Missions Force) Jane Carter y Trevor Hanaway y el brillante mago de la tecnología Benji Dunn les encargan que encuentren un correo que ransporta unos códigos para lanzar misiles nucleares. Por desgracia, su misión sale mal, y los códigos caen en anos de una sensual asesina, Sabine Moreau. Mientras tanto, el jefe del equipo, Ethan, tiene que ser liberado de una prisión moscovita y al grupo le encargan la misión de irrumpir en el Kremlin para conseguir información acerca de la persona que supuestamente recibió los códigos, un hombre cuyo nombre en clave es Cobalto. Poco después, Cobalto les descubre y, antes de que Ethan y Benji puedan escapar, una tremenda explosión sacude la Plaza Roja. Ethan y todo el IMF son acusados del hecho, hasta el punto de que el Presidente inicia el 'Protocolo Fantasma', que implica la disolución total de la organización. Tras incorporarse un nuevo miembro al equipo, William Brandt, Hunt se encuentra, por primera vez, trabajando con un equipo que no ha elegido. Aparentemente, Brandt es un analista y un burócrata, pero tiene un pasado más complicado.

A regañadientes, Ethan y su equipo deberán trabajar todos a una (y sin ningún apoyo por parte del ahora extinto IMF) si quieren rehabilitar su reputación, completar su misión e impedir la aniquilación nuclear. Para desarrollar esta trama, el objetivo de los guionistas era forjar una historia en la que se mostrara a Ethan desde un ángulo diferente al de las películas anteriores. Ethan es el corazón de la saga, pero se buscaba la manera de contar una historia que tratara acerca de él intentando dirigir un equipo, y mantener intacto dicho equipo contra todo pronóstico. Así nació el concepto de el Protocolo Fantasma, mediante el que toda la agencia del IMF quedaba desautorizada.

Otra característica inusual de esta película es que también se ven privados del apoyo habitual: sin recursos, ni rescates, ni respaldo. Rodada entre octubre de 2010 y marzo de 2011, la producción llevó el rodaje desde Los Ángeles hasta Moscú, Praga, Dubai, Bombay y Vancouver. Las secuencias más espectaculares se rodaron en la torre Burj Khalifa de Dubai. La pregunta que se hizo Cruise y el equipo era ¿Qué sería lo más genial que se pueda imaginar, y lo más aterrador que se pueda imaginar?' Bueno, la respuesta fue: "Hagámosle escalar por la fachada de ese edificio, con objeto de mantener la misión en march". A Cruise le encantó la idea. En la película, tiene que escalar por la fachada de la Burj, el edificio más alto del mundo, con una altura de 828 metros, por el que tiene que ascender sin ser detectado para llegar a una planta superior donde se controla la seguridad.

Ficha técnica

EE UU, 2011. Director: Brad Bird. Intérpretes: Tom Cruise, Jeremy Renner, Simon Pegg, Paula Patton, Michael Nyqvist.