La alimentación de los más pequeños es tan importante como a veces complicada. Para que las comidas no se conviertan en un desafío, puedes seguir una serie de trucos y recomendaciones que las hagan más llevaderas cumpliendo, a la vez, con la meta de aportar a los pequeños una dieta rica y equilibrada.

Establecer un horario

Los niños necesitan comer cada tres o cuatro horas; un desayuno completo , un almuerzo a media mañana, la comida, una merienda y la cena. Además, es aconsejable que beban muchos líquidos, sobre todo cuando hace calor.

Evita el picoteo

Este punto está también relacionado con el primero. Al crear horarios y cumplirlos minimizamos la posibilidad de que los niños pasen hambre entre horas, una circunstancia que puede causar el antojo de alimentos menos sanos, sobre todo si estamos en la calle. Llevar con nosotros alguna pieza de fruta puede ser al solución. Si caemos en la tentación de comprarles, por ejemplo, alimentos muy azucarados, podríamos conseguir, además, quitarles el hambre para la comida posterior.

Introduce novedades

Para que los niños no se cansen de comer siempre lo mismo y se acostumbren a probar de todo, intenta introducir nuevos alimentos lentamente. Muchas veces, los niños tienen fobia a los alimentos que no conocen, por lo que es mejor que poco a poco vayan incorporando a su dieta nuevos platos y sabores.

Camuflar los alimentos

Muchos niños son especialmente reacios a algunos alimentos, como las verduras. Si este es el caso, una buena idea puede ser la de camuflarlas con otros condimentos o alimentos, como pasta o puré. Con la fruta, por ejemplo, podemos espolvorear azúcar en las naranjas si están ácidas.

Reduce la cantidad de comida poco saludable en casa

Es habitual almacenar en casa refrescos, chuches y otro tipo de comidas que no son saludables si los niños las consumen habitualmente. Por eso, lo mejor es reducir al mínimo este tipo de tentaciones. Si ellos ven que no se les niega su capricho, sino que lo que piden no está en casa, sus comidas en el hogar serán más fáciles.

Conceder algunos caprichos

La alimentación de los pequeños es algo serio y no debemos desviarnos de la idea de proporcionarles una dieta sana y equilibrada. Sin embargo, hay que saber adaptarse a su edad. Una buena idea puede ser recompensarles puntualmente, por ejemplo, con un postre diferente, aunque contenga más azúcar del que incluiríamos en un menú estándar. También con aquellas galletas o refrescos menos saludables de vez en cuando.

Ser creativo

A los niños se les puede seducir de diferentes formas. Como en algunos productos industriales, si la comida que preparamos juega con la presentación y podemos darle formas conseguiremos que resulten más atractivas para los pequeños y que la comida les resulte más liviana.

Comer en familia

Los niños deben aprender la importancia de las comidas. En este sentido, comer en familia todos los días que se pueda las proporcionará una pauta adecuada, ya que tenderán a imitar a sus padres en la mesa. También es importante que a la hora de comer con niños lo hagamos sin móviles ni televisión.

Haz que los niños cocinen

Es recomendable que los niños participen en la cocina. SI se involucran en pequeña tareas, como la elección de los alimentos en parte de la preparación de las comidas, estarán más interesados en comer lo que han cocinado. Si tienen la edad suficiente, se le spuede permitir también cortar verduras o mezclar los ingredientes de una ensalada. En esos momentos también se les puede inculcar la labor de poner la mesa.

Hacer la compra

Otra forma de que los niños tomen conciencia del esfuerzo que constituye preparar a comida o de las características e incluso valores nutricionales de los alimentos es haciéndolos partícipes de la compra. Pueden encargarse de buscar los productos de nuestra lista o incluso sugerir compras.