La bondad se paga, la maldad se brinda. Esto es lo que le pasó a Rosa Benito cuando entró en 'Supervivientes' y lo que, aunque muchos quieran verlo, no le va a pasar a Ana María Aldón. La mujer de José Ortega Cano va a causar un antes y un después en la forma que tenemos de ver a este tipo de mujeres, fuertes y empoderadas, en los realities.

Rosa Benito entró desestabilizada al concurso. No pasaba por un buen momento sentimental con su marido. Toda una vida tirando del carro, hasta que se cansó. Fue en Honduras donde se vio rodeada de gente joven, con ganas de vivir, reír, bailar y disfrutar de la vida. Algo, que aunque la colaboradora de televisión pensase que ya había hecho, en su interior sentía que no. Lo echaba de menos. Su paso por el programa fue el final para su matrimonio y el inicio de su nueva vida.

Desde que ha empezado este Supervivientes 2020, muchos han sido los que han establecido semejanzas entre la exmujer de Amador Mohedano y Ana María Aldón. Todo por ser dos mujeres al servicio de sus familias, que siempre habían estado relegadas a un segundo plano, que no quieren conflictos y que hacen todo lo posible por el bienestar del grupo, o eso demuestran. Y es que esto es así, sobre todo en este tipo de realities.

Las personas que actúan con toda su buena intención son las penalizadas, el público no las quiere. Sin embargo, aquellas que provocan la revolución entre sus compañeros son las más compradas por los espectadores que ven, desde el sofá de su casa, cómo se pelean por una mísera esterilla de playa.

Siguiendo con la temática de estas palabras, la mujer de Ortega Cano no está al mismo nivel que Rosa Benito cuando se sumergió en la aventura de 'Supervivientes'. La diseñadora tiene una vida feliz, hasta lo que han demostrado ahora como pareja, la que 'siempre había soñado'. Casada, con sus hijos, su familia, sus proyectos... Ahora, expresa con alegría la felicidad que siente de estar concursando, pero ¿acaso ningún mortal que tiene la vida que siempre ha querido, en sus vacaciones no siente liberación?

Como de costumbre, le pedimos peras al olmo. Ana María Aldón no se ha quejado de la vida que tiene afuera, simplemente ha confesado que estando al otro lado del charco, no tiene las preocupaciones que tendría si estuviera en España, como las que tenemos todos los humanos a diario. Esto no quiere decir que la mujer del torero esté haciendo un concurso idéntico que la colaboradora de televisión que tantas lágrimas derramó en 'Sálvame', como muchos apuntan, no, nada tiene que ver. Está haciendo el suyo propio, con personalidad y garra, lo que pasa es que es más fácil encasillar a un concursante cuando vemos que se puede proclamar ganador.