La temporada final de 'El embarcadero', que llega completa a Movistar + este viernes 17 de enero, vuelve para dar respuestas y ofrecer la cara oculta de unos personajes que culminan un viaje emocional en el que son llevados al límite.

La serie protagonizada por Álvaro Morte, Verónica Sánchez, Irene Arcos y Roberto Enríquez, entre otros, alcanza su punto álgido con la resolución del principal misterio, la muerte de Óscar (Morte). Sin embargo, como su propia creadora y productora ejecutiva Esther Martínez Lobato explica a la Agencia Efe, lo hace de manera "más oscura" y mostrando la cara oculta de los personajes.

"En la segunda temporada explotan todas las bombas, explotan todos los personajes, explotan todas las respuestas. Los personajes son llevados al extremo del viaje que han iniciado y son colocados en las antípodas de cómo han comenzado la serie. Realmente los últimos capítulos de la segunda temporada colocan todo en un extremo muy al límite", indica la guionista.

En esa misma línea expone su director, Jesús Colmenar, los argumentos que marcan la diferencia entre una temporada y otra: "La segunda temporada es más oscura. Si la primera fue descubrir a los personajes, viviéndolo desde el lado del amor y la transformación que tiene lugar en el ser humano, en la segunda temporada vamos a ver las consecuencias, que a veces pueden ser muy negativas, de abrazar tu lado salvaje. Si abrazas tu lado salvaje puedes acabar devorado".

Tanto Álvaro Morte como Roberto Enríquez, quienes coinciden a la hora de destacar el gran papel de los creadores y directores de la serie como "genios que hacen una ficción diferente", se suman al carro de valorar la segunda temporada como una vuelta de tuerca a la trama y a la exposición de sus personajes.

"En la segunda temporada empezamos a ver el reverso de los personajes. Las cosas oscuras, la culpa de lo que acarrean esas decisiones que se toman en la vida, es como la consecuencia de lo que hemos visto hasta ahora. Hemos visto una cara amable y ahora veremos cómo eso gira", apunta Morte, quien reconoce no haber tenido excesiva dificultad para desmarcarse del personaje de 'El profesor' que tanto reconocimiento le dio con 'La casa de papel' (2017).

Asimismo, también "el ingrediente sexual y sensual de la primera temporada", como explica Roberto Enríquez a Efe, "se mantiene pero se vuelve más sórdido". Todo se torna más oscuro y contradictorio, lo que provoca la evolución de unos personajes de los que es posible ver, en esta segunda temporada, la otra cara.

El mayor cambio, en Verónica y Alejandra

En una serie que Colmenar define como "muy de tierra y de corazón, de personajes y de transformación interior", son, por tanto, los personajes y su evolución los que marcan el desarrollo de la trama. Y es en Verónica y Alejandra, los personajes de Irene Arcos y Verónica Sánchez, en los que se acusa más este cambio.

"En mi personaje (Verónica), ese sentimiento de culpa que ya se venía sembrando un poco en la primera temporada hace mella en su forma de ver la vida, en sus certezas, en cómo ella se ha construido, en esa visión que tiene del mundo", relata Arcos, quien reconoce, al igual que Verónica Sánchez, que echa de menos a su personaje después de haber acabado el rodaje.

De manera contraria, el personaje frio y cuadriculado de Alejandra, una arquitecta de éxito que vive en Valencia, sufre una transformación y encuentra un viaje totalmente opuesto al del personaje de Arcos: "Alejandra hace el camino contrario. En la primera temporada todo el mundo era consciente del drama en el que estaba metida menos ella porque tenía un objetivo, que era saber quién era su marido".

Y añade: "Eso era una especie de huida del drama. Ella no quería asumir esa pérdida. En la segunda temporada se empieza a quitar esas capas, esas cosas que no le pertenecen y la necesidad de contentar a todo el mundo. Empieza a florecer, a ser quien quiere ser por primera en su vida".

'El embarcadero', cuyos 16 capítulos fueron rodados de manera continuada, se muestra como un viaje muy realista por las pasiones, las luchas internas, la reflexión y la búsqueda de uno mismo. Una premisa con la que todos los actores y equipo técnico coinciden en que será la clave para enganchar al público.