Las 'Escalofriantes aventuras de Sabrina' ha recibido críticas muy positivas desde que se estrenó en Netflix, pero un grupo no ha dado su visto bueno a la serie: el Templo Satánico. La organización ha anunciado que está llevando a cabo acciones legales contra la plataforma de streaming y Warner Brothers por el uso de una estatua que según el colectivo viola sus derechos de autor. Se trata de la estatua de Baphomet, una deidad parecida a una cabra que simboliza el ocultismo y cuya historia se remonta a siglos.

"Los creadores del programa no utilizaron una cabra satánica genérica que se usa comúnmente en muchos círculos ocultistas, sino que crearon una réplica fácilmente identificable de la estatua del Templo Satánico", afirma la organización. "A diferencia de la mayoría de las imágenes asociadas con el satanismo, la estatua de Baphomet diseñada y construida para el Templo Satánico está protegida por derechos de autor, lo que otorga al creador derechos exclusivos para determinar si, y bajo qué condiciones, esta obra original puede ser utilizada por otros".

Que Netflix y Warner supuestamente no pidieron permiso para su uso, además de utilizarla para simbolizar a las tropas de Pánico Satánico y, por lo tanto, representar al grupo y sus creencias de manera negativa. "Dado el uso de la estatua Baphomet en la serie para representar un culto caníbal malvado, una percepción falsamente asociada con el satanismo incluso en los tiempos modernos, Templo Satánico habría negado su uso a los creadores", continúa el comunicado.

"No solo contradice lo que representa Baphomet, se lo debemos a aquellos que se identifican con nosotros el no permitir que esta imagen, y por extensión ellos mismos, sean representados de esta manera".

Por su parte, otro colectivo llamado La Iglesia de Satán ha señalado no estar vinculado a la queja de Templo Satánico. "No tiene nada que ver con nosotros", aclararon a través de Twitter.

La estatua original de Baphomet fue desvelada en 2015 y costó alrededor de 100.000 dólares. Templo Satánico pretende desplazar la imagen de Baphomet al capitolio de Arkansas, donde se encuentra un monumento dedicado a Los 10 Mandamientos, como símbolo de la libertad religiosa y de expresión.