El jueves, Cuatro emitió el último 'Lo sabe, no lo sabe', que ha estado en antena como el penúltimo bastión de algo que relacionamos con la calidad, con el entretenimiento que no avergüenza en una cadena que lleva tiempo precipitándose a un abismo de locuela y necia sin sustancia.

Es verdad que la hora de emisión, a las nueve y media de la noche, se ha puesto en un berrido de competición en el que sólo sobreviven los más fuertes. Y es verdad que ha bajado muchísimo su audiencia, que con mucho esfuerzo apenas llega al 4%, es decir, unos setecientos mil espectadores frente a, por ejemplos, los más de dos millones de El intermedio.

Esas cifras duelen en la cartera de resultados de una privada. Y Paolo Vasile no está dispuesto a mantener un programa por muy bueno que sea pero ya no es lo que era. Lo que tampoco entiendo es que los jefes del negocio crean que quitar 'Lo sabe, no lo sabe', y poner 'Natural Frank', ese de animalitos que presenta esa pesadez que dejó de tener gracia hace quinientas temporadas llamada Fran Cuesta les reportará mejores datos. Creo que se estrellará. Se estrelle en audiencia o no, lo de este señor resulta un muermo.

Todo lo contrario del alma de 'Lo sabe, no lo sabe', Juanra Bonet . No sólo no ha sufrido desgaste en el tiempo de emisión sino que ha ido ganando soltura logrando algo muy difícil, hacer que el programa no se conciba sin él. Y por supuesto sin el bien engrasado equipo. Se nota que se lo pasan bien porque el buen rollo salta a este lado de la pantalla. Felicidades a todos. Juanra se queda en Mediaset. ¿Y el equipo? Ojalá. Por ellos, por la cadena, y por la audiencia.